El aporte del sector agropecuario al producto interno bruto (PIB) del país es de 1.7%, cuando en décadas pasadas se fijaba en 25%.
El descalabro del sector primario en los últimos años se ha agudizado por el exceso de importaciones en época de cosecha local, por las variaciones climáticas y por la falta de una política de Estado a largo plazo.
“La crisis no se puede ubicar en el presente, es un problema de arrastre, de fallas estructurales y de abandono”, sentenció Enrique Castillo, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Panamá (Cinap).
“Los tomadores de decisiones privilegian a otros sectores, sin tomar en cuenta que el sector agropecuario juega un papel importante en la economía del país, porque es el que más capacidad tiene de generar empleos en áreas no urbanas”, mencionó Castillo.
La agricultura en Panamá genera un poco más de 273 mil 553 empleos, segunda en importancia. Con excepción de las ciudades de Panamá y Colón, es la actividad más importante del país, según la Fundación para el Desarrollo Económico y Social de Panamá.
“Por más dinero que generen otros sectores de la economía, llegará un momento en que el país no podrá depender de las importaciones de alimentos, porque estos grandes países productores, cuando se presente una crisis alimentaria, van a garantizar el suministro de su población”, pronosticó Castillo.
Para tratar de revertir esta caída del sector primario un grupo de productores, ingenieros agrónomos, médicos veterinarios, asociaciones afines al sector agropecuario y consumidores se unieron para elaborar una política agroalimentaria de Estado sostenible e incluyente.
A través de la organización de segundo nivel, sus miembros definieron nueve ejes temáticos en los que trabajarán para elaborar una política de Estado.
Entre los temas a desarrollar están: Crecimiento económico y empleo; seguridad alimentaria con soberanía alimentaria; educación, investigación y extensión agropecuaria; financiamiento, comercialización y mercadeo; desarrollo humano y gobernabilidad con participación ciudadana; cuidado y sustentabilidad ambiental; desarrollo de los territorios rurales; y reestructuración integral de la institucionalidad del sector público agropecuario.
“Se debe mirar hacia la campiña, a la producción de alimentos”, instó el presidente del Cinap.
En la formulación de este plan también se tomó de referencia el éxito de la industria avícola local, sector que aporta el 23.1% del PIB del sector agropecuario, con un valor económico de 329.1 millones de dólares, seguido por la ganadería, con un 14.5% y 204.6 millones de dólares.
Mañana, en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá, los miembros de la organización de segundo nivel se reunirán para iniciar el desarrollo de los ejes temáticos.
En esa primera reunión técnica se definirá la hoja de ruta de una política a 15 años, manifestó Carlos Salcedo, vicepresidente de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios de Panamá (Unpap) y coordinador de la organización de segundo nivel.
Se establecieron 10 mesas de trabajo para definir la hoja de ruta, se debatirá sobre el nombre, logo e identidad jurídica de la organización de segundo grado.
También se elaborará el plan de consulta ciudadana y la incorporación de otros profesionales y gremios, mencionó Salcedo.
El plan es elaborar un documento que se presentará a los candidatos presidenciales y a los tomadores de decisiones para sacar a flote al sector agropecuario, informaron sus organizadores.