Como le va a China, así también le va a Starbucks. La cadena, que ayudó a difundir entre los estadounidenses la cultura cafetera europea, siente la presión de Wall Street para hacer lo mismo en China. Ha abierto cafeterías a un ritmo de casi 600 por año, pero una desaceleración económica en el país asiático, exacerbada por la guerra comercial con Estados Unidos, ha frenado el crecimiento vertiginoso de las ventas.
En el último trimestre, las ventas en locales comparables del gigante del café aumentaron solo 1% en China, una mejora respecto a la caída sorpresiva informada a principios del verano boreal pasado, pero muy lejos del crecimiento de 8% que registraba solo unos pocos trimestres antes. Las transacciones en el país, donde Starbucks tiene alrededor de 3 mil 700 locales y abre uno nuevo aproximadamente cada 15 horas, bajaron 2%, lo cual significa que unos precios más altos, y no un mayor número de clientes, están impulsando los resultados.
Las acciones de la empresa estadounidense subieron 2% en las últimas operaciones del día, lo cual sugiere que los resultados fueron lo suficientemente buenos… por ahora.
