La industria global de cafés especiales centra hoy su atención en la subasta de granos de dicha categoría producidos en las tierras altas chiricanas.
Este concurso se celebra a partir de las 6:00 p.m. en Panamá, 8:00 a.m. en Tokyo, y en esta oportunidad cuenta con la participación de 177 postores de 24 países y 5 continentes, con la meta de obtener cantidades de café de altura de las denominaciones geisha en sus versiones natural y lavado; tradicional natural y lavado; y pacamará.
El concurso de esta noche —que se realiza anualmente— fija las expectativas en la superación del precio de venta máximo logrado en 2018.
“El año pasado, un postor asiático pagó $803 por una libra de café geisha natural. Se espera este año [que] el interés de los compradores [se capitalice] en la obtención de una libra que de repente cueste más de mil dólares”, anticipa Simi Benzadón, socia y cofundadora de Specialty Coffee Events, promotor de la subasta en Panamá, impulsada por la Asociación de Cafés Especiales de Panamá (SCAP, por sus siglas en inglés).
“La subasta es la cúspide de los esfuerzos de los productores panameños de cafés especiales”, determina Benzadón sobre un encuentro cuya primera fase transcurrió en el mes de mayo con la cata Best of Panamá, la cual determinó a los ganadores de las denominaciones ya mencionadas.
En esta cata se citan potenciales compradores interesados en la subasta. “Después de Best of Panamá se abren las inscripciones a los postores. Ellos pagan 500 dólares a cambio del envío de una caja con las muestras de los cafés ganadores para que durante un mes estudien los cafés en competición”. Las inscripciones se cerraron el viernes 5 de julio.
Puja global
Desde 2013, los productores de cafés especiales panameños “hacen el esfuerzo” de promover parte de su producción en el mercado local, dice Benzadón. Por este motivo la subasta se cumple en un lugar de la capital, esta vez el restaurante Maíto, y al mismo tiempo los productores se reúnen en un solo lugar de las tierras altas chiricanas, el hotel Panamonte.
La subasta se realiza en línea y sus organizadores buscan estándares absolutos de transparencia. Para ello contrataron los servicios de Auction Software by Sensible Development, una compañía estadounidense que desarrolló una plataforma para recoger la data disponible y convertirla en los códigos utilizados a distancia por los compradores. Cada código equivale a uno de los cafés en competición.
Según avanza la subasta, con un precio base por libra de $20 para los lotes de geisha y de $10 para los tradicionales y pacamaras, los resultados se publican de inmediato en las televisiones ubicadas en ambos restaurantes. Cada categoría de café se “enlista” con una barra respectiva. Cuando están en amarillo quiere decir que la puja está candente. Pero si transcurren dos minutos sin actividad, se cierra la subasta respectiva.
El año pasado el encuentro terminó a la 1:00 a.m.