Sudáfrica necesita hacer algo más que mantener sus gastos bajo control si quiere evitar que su calificación se rebaje a basura, puntualizó S&P Global Ratings.
La economía más industrializada de África también debe tratar de aliviar las tensiones políticas e implementar planes para impulsar el crecimiento económico, dijo Gardner Rusike, analista de la compañía calificadora.
Retener la calificación de grado de inversión es más que el presupuesto fiscal, dijo el miércoles Rusike en una entrevista en Lagos, el centro del comercio de Nigeria.
La clave sigue siendo hacer que Sudáfrica siga un camino de mayor crecimiento y asegurar que las tensiones políticas no descarrilen los planes de implementación de las políticas gubernamentales. La interrupción por parte de los partidos opositores al discurso anual del presidente Jacob Zuma provocó la semana pasada un enfrentamiento en el Parlamento. La lucha política interna, que incluye una investigación policial sobre el ministro de Hacienda Pravin Gordhan, ha ensombrecido los esfuerzos del Estado por aumentar la confianza y el crecimiento.
El año pasado la economía de la nación se habría expandido a su menor ritmo desde la recesión de 2009, mientras una sequía, la caída de los precios de los productos básicos y la baja demanda global afectaron la producción. El menor crecimiento económico ha afectado los ingresos fiscales, lo que complica los esfuerzos de Gordhan, quien el 22 de febrero presentará su presupuesto para controlar el déficit fiscal y limitar la deuda pública.

