Mientras que emprendedores de todo el mundo en los últimos años fundaban startups de tecnología para entregar alimentos a la puerta del comensal, ningún otro mercado quizá haya crecido de manera tan descontrolada como el de India.
El capital de riesgo se está agotando y las startups desaparecen. Tiny Owl, app pionera en entregas de comida a domicilio, con sede en Bombay, que captó 23 millones de los inversionistas, incluido Sequoia Capital, se está quedando sin dinero y se fusionará con la firma de entregas a domicilio más pequeña Runnr. PepperTap, un servicio de despensas que cuenta con el apoyo de Sequoia y Snapdeal.com cerró en abril, tras la clausura el año pasado de Dazo, una startup financiada por los ejecutivos de Google y Amazon.
Lejos quedaron los interminables descuentos y los enormes presupuestos para marketing. El mejor ejemplo de la nueva normalidad es probablemente el restaurante Swiggy, financiado por Accel Partners, que implementó este mes la tarifa dinámica.
En Europa, el financiamiento de riesgo a startups de entrega de comida cayó más del 90% en el primer trimestre.
Just Eat Plc., empresa británica que cotiza en bolsa, se está quedando con los rivales que no cuentan con el financiamiento para seguir adelante.
En Estados Unidos, las empresas que alguna vez fueron aclamadas, ahora están cerrando.
El servicio de entrega de comidas de Berkeley, California, SpoonRocket gastó 13 millones de capital riesgo y cerró en marzo.
Kitchit de San Francisco captó 9 millones para conectar a las personas con chefs privados, pero cerró sus puertas en las últimas semanas a falta de capital para seguir adelante.