Tecnología no desplaza a obreros



Si su principal preocupación de cara a la automatización es perder su trabajo, la historia sugiere que probablemente va a estar bien.

Después de todo, un siglo de avances tecnológicos sin precedentes en el transporte, la producción y la comunicación no ha movido significativamente la participación de la mano de obra en el ingreso nacional.

Los economistas David Autor y Anna Salomons consideran que esto se debe a que el principal motor del empleo ha sido el crecimiento de la población, pese al énfasis que ponen los círculos académicos en cómo potencian las máquinas el trabajo humano y por qué, a la larga, nos reemplazarán a todos.

La mayor preocupación, dicen, es de qué manera los avances tecnológicos afectarán la distribución de los ingresos. Esencialmente, el argumento que el dúo plantea es que desde el momento en que ha habido humanos ha habido trabajos --un tema que Autor, que trabaja en el Departamento de Economía del MIT, analizó anteriormente en Ted Talk.

Sugieren que la oferta de mano de obra y la demanda final de bienes y servicios son lo que realmente determina el nivel de empleo, en tanto los trabajadores consumidores tienen cada vez más necesidades.

Está previsto que la investigación de Autor con Salomons, que trabaja en la Universidad de Utrecht en Holanda, sea presentado a los banqueros centrales de todo el mundo en el foro del Banco Central Europeo en Sintra, Portugal. Lo que cambió como consecuencia de una mayor productividad gracias a los avances tecnológicos es cómo se remuneran los empleos. El recuento bruto de puestos de trabajo disponibles en los países industrializados está siguiendo el ritmo del crecimiento demográfico, escriben los economistas.

LAS MÁS LEÍDAS