Las tensiones comerciales han desbaratado la economía global, sumergiéndola en un camino de bajo crecimiento nublado por los riesgos, según la última perspectiva de la OCDE.
El informe se adhiere al tono sombrío sostenido durante mucho tiempo por la organización con sede en París, que ha advertido que las interrupciones del comercio podrían repercutir en toda la economía mundial. Ese escenario ya llegó, con la producción manufacturera golpeada por aranceles, fuerte desaceleración de la inversión y falta de confianza.
Las cosas podrían empeorar aún más debido a las renovadas tensiones, que se han expandido a una prohibición de Estados Unidos (EU) sobre Huawei Technologies de China, el segundo mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo. Un índice del comercio mundial ya se sitúa en el mínimo de una década y una medida de la OMC indica que la debilidad continuará este trimestre.
La OCDE también detectó otros riesgos, entre ellos la debilidad en el sector de manufactura, el estrés financiero derivado de la alta deuda privada o la falta de demanda interna en China. Si bien hubo pequeñas mejoras en sus pronósticos para EU y la zona del euro, estas se vieron completamente opacadas por el tono pesimista del informe.
“La perspectiva sigue siendo débil y existen muchos riesgos a la baja que ensombrecen la economía global y el bienestar de las personas”, dijo la economista jefa, Laurence Boone.
La OCDE, que redujo drásticamente sus proyecciones económicas en marzo, bajó nuevamente su pronóstico global para 2019 el martes, de 3.3% a 3.2%. También redujo sus pronósticos para Japón y Canadá, aunque los elevó para la zona del euro y EU.
La situación cada vez más frágil está presionando a los formuladores de políticas para que encuentren una respuesta con urgencia. Los inversionistas han elevado la apuesta por un recorte de las tasas de interés en EU este año por parte de la Reserva Federal, mientras el jefe del banco central de Australia dijo que considerará una flexibilización de la política monetaria el próximo mes.
Sin embargo, debido a que muchos bancos centrales tienen poco margen para ofrecer más estímulos, la OCDE dijo que ahora la responsabilidad recae en los Gobiernos.