Los servicios de telecomunicaciones en Panamá, que se reestructuraron hace 20 años con la privatización del desaparecido Intel, en gran medida están en manos de dos grupos empresariales.
Aunque en la telefonía móvil compiten cuatro operadores, un gran volumen de clientes en la telefonía fija, televisión pagada e internet es atendido por Cable Onda y Cable & Wireless Panamá (C&WP).
Representantes de grupos de consumidores afirman que en caso de una fusión entre estos dos grupos, la competencia de precios en los servicios que prestan se podría ver afectada.
Cable Onda es 100% privada, mientras que C&WP es una empresa mixta, en la cual el 49% le pertenece al grupo internacional Liberty Global, que las adquirió en 2016, tras la compra de Cable & Wireless Communication Plc.
El otro 49% de las acciones de C&WP le pertenece al Estado panameño, y el restante 2% a los trabajadores.
La semana pasada se intensificaron los rumores acerca de la supuesta compra de Cable Onda por parte de Liberty Global, pero la empresa panameña emitió un comunicado en el cual afirmó que era una información falsa. Liberty Global no hizo ningún pronunciamiento público sobre el rumor.
Ante insistentes comentarios de venta, en general, suelen presentarse varios escenarios: que se trate de un rumor infundado; que se esté apenas acariciado la posibilidad de alguna alianza; o que efectivamente las negociaciones de fusión o compra venta de acciones se esté dando sin que el pacto se haya cerrado.
Conglomerados
CWP, que comenzó a ofrecer los servicios de telefonía fija y móvil en 1997, 12 años más tarde lanzó la oferta de televisión pagada, convirtiéndose en competidor de Cable Onda, Claro y Sky, entre otras, que también tienen una porción del mercado.
Cable Onda, que comenzó operaciones en 1980, con servicios de televisión, fue adquirida en 1996, por el grupo Medcom, en el que tienen participación las familias González Revilla y Eleta.
En 2009, Cable Onda comenzó a crecer al fusionarse con Telecarrier, del grupo Motta, empresa que se dedicaba a los servicios de telefonía fija y almacenamiento de data.
Un año más tarde, en 2010, también adquirió el 100% de las acciones de Advanced Communication Network de Rafy Attie, empresa de telefonía fija e internet.
Por su parte, Liberty Global se integró en 2005 y es propietario de las empresas de telecomunicaciones Virgin Media (Reino Unido), Telenet (Bélgica), Ziggo (Países Bajos), UPC (Europa Central) y VTR (Chile), según aparece en su sitio web.
Mercado
En Panamá hay 4 millones de habitantes y existen 4.8 millones de números de telefonía móvil activos. Es el único sector de las telecomunicaciones en el cual Cable Onda no ha participado. Hasta diciembre de 2017, C&W tenía 1.6 millones de clientes en telefonía móvil o aproximadamente el 25% del mercado. El 75% restante se reparte entre Claro, Digicel y Telefónica.
En el caso de la telefonía fija, según el registro de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), existen más de 600 mil números activos entre residenciales y comerciales en todo el país. Este mercado está distribuido entre Cable & Wireless y Cable Onda.
En televisión pagada, C&WP reportó hasta diciembre de 2017, unos 77,600 suscriptores , potenciado con el lanzamiento del paquete de “Mast3r”, en 2016. El resto de los clientes en televisión pagada, principalmente en la ciudad capital, son atendidos por Cable Onda.
Fiscalización
La legislación establece que cualquier empresa que esté planeando un proceso de absorción o integración debería presentar una solicitud a la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) para verificar si existe o no concentración económica.
En el caso de la telefonía móvil es obligatorio tener el concepto favorable de la Acodeco para que se haga la compra o fusión, sin embargo, para el resto de los servicios de telecomunicaciones es un tema voluntario, informó el administrador de la entidad, Óscar García.
Eso significa que las empresas no están obligadas a solicitar la aprobación de Acodeco, pero ante cualquier operación de concentración económica que pueda tener una magnitud importante, “de no pasa por la oficina como en otras ocasiones, haríamos una verificación de oficio”, advirtió García.
En términos generales, las empresas que se estén concentrando deben solicitar que se verifique que la dinámica de competencia no se verá afectada, además de demostrar que es la única forma para que una de las empresas se mantenga en el mercado.
También se deben considerar los beneficios para los consumidores o clientes y que esa fusión no se podría traducir en una subida de precio.
“Nosotros estamos legalmente facultados para pedir que la operación no se realice y tendría que darse un proceso en un tribunal donde las empresas tendrían que concurrir para que se determine si se puede o no dar la fusión”, añadió.
Por su parte, Giovani Fletcher, presidente del Instituto Panameño de Derecho de Consumidores y Usuarios (Ipadecu), manifestó que en caso de que se concrete una alianza, solicitará la información sobre cantidad de clientes de cada empresa, por área, para determinar si hay falta de competencia y remitirle esa información a la Acodeco. En última instancia sería proceder judicialmente, pero Fletcher reconoció que este tipo de casos son muy complejos.