China entregó ayer el estudio de factibilidad para un sistema ferroviario entre Panamá y Chiriquí, uno de los proyectos de cooperación acordados entre ambos países.
El tren incluiría el transporte de pasajeros y carga a una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora, con el cual se prevé cubrir una distancia de 391.3 kilómetros en dos horas y media, un recorrido que hoy toma entre seis y ocho horas en vehículo. La primera fase de la obra tendría un costo de $4 mil 100 millones, aproximadamente $10.4 millones por kilómetro. Sin embargo, estos estudios serán evaluados por una empresa contratada por el Gobierno y el equipo técnico. No hay todavía convocatoria a acto público o empresas precalificadas para licitar el proyecto. De acuerdo con las autoridades, el costo de este tren es inferior a la línea 3 del Metro y el cuarto puente sobre el Canal, que en conjunto superarían los $5 mil millones.
La documentación la entregó el embajador de China en Panamá, Wei Qiang, al presidente Juan Carlos Varela, durante un acto en los terrenos de la Feria Internacional de David.
Los aspectos técnicos del proyecto los expuso el ingeniero Óscar Ramírez, gerente del Aeropuerto Internacional de Tocumen y quien preside la comisión de alto nivel nombrada por el presidente Varela para coordinar este estudio.
Para Varela es un proyecto con rentabilidad social en términos de la mejora de eficiencia en los servicios públicos, movilidad de los ciudadanos y valorización de las propiedades públicas y privadas, entre otros.
“Va a potenciar la plataforma logística del país al fortalecer nuestra conectividad logística, aérea, marítima y financiera con la región”, destacó Varela.
Sin embargo, el diputado José Antonio Domínguez, miembro de la Comisión de Infraestructura Pública y Asuntos del Canal de la Asamblea, tras ser consultado por este diario, dijo que hay obras mucho más importantes que la de un tren entre Panamá y David. “No se debe desestimar, porque todo lo que es transporte es beneficioso para el país, pero se debe priorizar el sector agrícola, donde hay mucho problema”, precisó Domínguez.
Un tren Panamá-David no se debe pensar de manera individual, sino regional con el resto de los países de Centroamérica, incluso se pueden ver otras tecnologías que en el futuro van a cambiar el mundo, dijo.
El estudio contempla una posible ampliación a Costa Rica en un futuro, lo cual complementaría las economías centroamericanas y facilitaría la comercialización de productos entre los países.
Pero también hay quienes advierten de aspectos técnicos. A Gustavo Bernal, de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, le inquieta la servidumbre que se debe contratar para este tren. Preliminarmente se ha dicho que se utilizará el 80% de la servidumbre de las torres de transmisión eléctrica. “Aunque no he leído el estudio, eso está prohibido, porque las fundaciones de las torres no están diseñadas para que pase cerca un ferrocarril con peso y vibraciones”, indicó Bernal.