Un estadio de fútbol de $100 millones en Costa Rica, un canal seco en Colombia que conectará el Pacífico con el Atlántico, un ferrocarril bioceánico entre Brasil y Perú por $60 mil millones, un tren de pasajeros y carga que conecte Panamá con David.
Según el profesor costarricense Alexander Coles, China suele proponer un megaproyecto de infraestructura cuando establece relaciones diplomáticas con un socio. Y el tren de 400 kilómetros entre Panamá y David, Chiriquí, podría ser su carta de presentación en Panamá.
“Revisando algunas de las experiencias más recientes en América Latina, como los casos de Costa Rica y Colombia, las probabilidades [de que se construya] son muy altas”, reflexionó Coles durante un conversatorio realizado por Florida State University, en el que se analizaron las oportunidades y desafíos de la nueva relación diplomática de Panamá con China.
“Así como nos remontamos a la historia de China de hacer grandes proyectos de infraestructura para consolidar territorios y su territorio en general, ha sido hasta el momento, lo que he visto de China al establecer estas relaciones: inicia con un proyecto grande”, agregó Coles.
En una conferencia de prensa el pasado domingo 17 de septiembre, 100 días después del establecimiento de las relaciones entre los dos países, se anunció que China donará el estudio de prefactibilidad del proyecto ferroviario, el cual tomará cerca de un año y analizará aspectos como el tipo de construcción, capacidad, rentabilidad, diseño, costo y forma de financiamiento.
El presidente Juan Carlos Varela afirmó en ese momento que “es uno de los megaproyectos que estaremos impulsando en esta nueva relación”, y que “empezaremos a presentar los primeros documentos para firmar un memorando de entendimiento, que sin duda incluye ese proyecto como uno de transporte masivo que visualizamos para nuestro país, usando no solo el financiamiento, sino la tecnología china”.
El comercio entre China y América Latina (AL) aumentó 22 veces en los últimos 17 años, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En 2015, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que su país aumentará la inversión en AL a $250 mil millones en una década, y espera que en este lapso el comercio entre ambos sea de $500 mil millones.
El año pasado, la inversión directa de China en AL fue de $113 mil 662 millones, desde $31 mil 720 en 2010, según el Banco Mundial.
Alguno de los objetivos de China en la región que se plantearon durante el conversatorio de ayer son las materias primas y abrir un nuevo mercado para sus productos. Este último aspecto plantea varios retos para Panamá.
¿Panamá está lista?
La profesora y especialista en seguridad, Carla Pousa Caride, advierte de publicaciones que señalan a China como uno de los mayores fabricantes del mundo de medicinas falsificadas o drogas sintéticas. Este aspecto presenta un desafío en materia de seguridad nacional.
De igual forma sucede con la propiedad intelectual: partes de autos falsificadas que atentan contra la seguridad; o comida contaminada (arroz hecho con plástico, por ejemplo); y juguetes con pintura con plomo.
“Son cosas que hay que tener en cuenta en Panamá para fortalecer las instituciones, y no precisamente la Policía Nacional o el Servicio Nacional de Fronteras, sino que afecta a la seguridad humana como tal”, analizó Pousa.
Recordó además que Panamá forma parte de los anillos de seguridad de Estados Unidos, por lo que la presencia de China en el istmo “va a tener un impacto no solo económico, sino también en el ambiente de seguridad de Estados Unidos, que a su vez impactará en el nuestro”.
La rivalidad como potencias de China y Estados Unidos es evidente: en 2014, el gigante asiático superó al estadounidense como la mayor economía del mundo.
En momentos en que China amplía su injerencia en AL, territorio que Estados Unidos ha dejado de lado para enfocarse en Medio Oriente, las fricciones pueden estar a la orden del día.
En este sentido, Pousa agregó que “Panamá requiere hacer un ejercicio para establecer claramente las estrategias que no respondan ni a Estados Unidos ni a China”.