El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronosticó ayer un rápido final para la actual guerra comercial con China, pese a que no se han programado conversaciones de alto nivel entre los países desde que la última ronda de negociaciones terminó en Washington hace dos semanas.
“Está sucediendo, está ocurriendo rápido y creo que las cosas probablemente vayan a pasar rápido con China, porque no puedo imaginar que estén encantados con miles de compañías abandonando su país hacia otros lugares”, dijo Trump en la Casa Blanca, sin dar evidencias de tal éxodo.
El mandatario también sostuvo que se reunirá con su par chino, Xi Jinping, en la reunión del G-20 en junio en Japón.
Ambos países se han culpado mutuamente por el colapso de las conversaciones, que tenían como objetivo poner fin a las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo.
Trump incluyó por primera vez a Huawei, una empresa china a la que acusa de amenazar la seguridad de Estados Unidos, con las negociaciones para cerrar la guerra con Pekín.
“Huawei es algo muy peligroso”, dijo Trump a periodistas sobre esa empresa que opera en 170 países y es el segundo mayor fabricante mundial de teléfonos inteligentes.
Trump sumó la semana pasada a Huawei a una lista de entidades sospechosas ante el temor de que utilice sus equipos para espiar para Pekín.
Ante la insistencia de un reportero, Trump se mostró evasivo: “Es muy prematuro decirlo. Estamos muy preocupados por (el riesgo que representa) Huawei desde el punto de vista de la seguridad”. Hasta el momento, Para Washington la controversia sobre Huawei transcurría separadamente de la guerra comercial y sus diplomáticos han tratado de convencer a sus aliados y socios comerciales de no trabajar con esa empresa.

