La atracción turística de la ruta interoceánica va más allá del paso de los enormes barcos de contenedores o los cruceros. El ecosistema alrededor del Canal de Panamá, rico en biodiversidad de flora y fauna, atrae cada año a amantes de la naturaleza que desean explorar una selva aún virgen e indomable al crecimiento urbanístico de las ciudades.
Una de las aventuras por esas aguas suele comenzar explorando isla Monos. El servicio lo ofrece Jungle Land Panamá, un desarrollo turístico que forma parte de la oferta que opera en las aguas del lago Gatún.
Roel Hendriks es uno de los turistas en observar tal espectáculo junto a su padre. Es la tercera vez que está en Panamá como parte de su trabajo como piloto comercial de una aerolínea europea.
“Ya he venido tres veces a Panamá y a este lugar, y traigo a mis compañeros de trabajo, muchos holandeses se decantan por Costa Rica en sus vacaciones, pero no saben que en Panamá hay todas estas maravillas. Esta vez traje no solo a parte de la tripulación, también a mi papá”.
El producto turístico, sin embargo, encierra un dilema legal entre el operador Jungle Land Explorers Inc. y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Mediante una carta enviada el 27 de septiembre, el vicepresidente de Ambiente, Agua y Energía de la ACP, Carlos Vargas, ordenó a los representantes de Jungle Land Panamá cesar sus operaciones lucrativas turísticas en un plazo de 30 días contados a partir del 27 de septiembre, en virtud de que no tienen el permiso para hacer dichas actividades.
La empresa que opera el único hotel flotante de esa zona: el Jungle Land Panamá, tiene más de 16 años de ofrecer el servicio de exploración turística, que ha evolucionado; pasando primero por giras turísticas hasta tener ahora un hotel flotante en la zona.
La ACP alega que desde el año 2002 le cobran a la empresa solo por el fondeo y amarre de la embarcación Gatun Explorer en el lago Gatún, pero “no están autorizados para actividades como la de un hotel flotante, giras turísticas de observación de fauna y flora, y actividades recreativas como pesca y paseos en kayak”.
El pago mensual es de mil 70 dólares.
Carl Dean Davis, propietario de la empresa, sostuvo que la propuesta del hotel flotante ha evolucionado en 17 años. Primero era un pequeño bote turístico en el Canal y ahora son el único lodge flotante en la zona. “Nos hemos convertido en un destino único que ayuda a atraer el turismo a Panamá. El lodge flotante no se construyó de la noche a la mañana, ni en secreto. La ACP ha participado en numerosas reuniones e inspecciones a la propiedad a lo largo de los años”, aseveró Davis a La Prensa.
Explicó que en el contrato suscrito entre Jungle Land Explorers y la ACP, el más reciente de marzo de 2014, se especifica que la embarcación realizaría actividades de plataforma de estudio, de investigación y ecoturismo de alta calidad, que “es la que realiza la embarcación Gatun Explorer y sus embarcaciones menores”, por lo que les tomó por sorpresa la decisión del Canal.
La ACP, además, alega como una de las razones para la suspensión del servicio que la embarcación “mantenía una inadecuada disposición de los desechos orgánicos; realizaba descargas de sustancias líquidas directamente al cuerpo de agua del lago Gatún y extrae agua del mismo”.
De acuerdo con la entidad, la empresa no tiene autorización para el uso del agua de la vía interoceánica. “Infringe el Reglamento para la Navegación en aguas del Canal, al verter aguas servidas y otras sustancias contaminantes en aguas del Canal [agua de las duchas, lavamanos, aceite de cocina], además de que mantienen una mala disposición de los desechos orgánicos”, dijo Carlos Vargas, vicepresidente de Ambiente de la ACP, al ser consultado por La Prensa.
El propietario de Jungle Land rechazó tales acusaciones y sostuvo que toda la actividad que realizan es sostenible con el medio ambiente y precisamente ecoturísticas y no contaminan. Explicó que todos los desechos orgánicos e inorgánicos son reciclados y almacenados hasta su disposición final a través de microempresas que ofrecen el servicio, además de utilizar a la Empresa Metropolitana de Aseo de Panamá y Tecsan para los residuos líquidos.
“Los inspectores de la ACP y del Ministerio de Ambiente han comprobado que utilizamos productos biodegradables adecuados a este tipo de ofertas ecoturísticas”.
Vargas expresó que no es cierto que cumplen con normas de reciclaje. “Han ocupado áreas del Canal sin autorización para ello, mantienen fondeadas seis embarcaciones adicionales en el Canal de Panamá sin autorización y sin pagar el cargo correspondiente al fondeo de cada una de ellas”.
Carl Davis precisa que no entiende cómo después de 16 años de operación en el Canal y numerosas reuniones que explican lo que hacen, la ACP ahora alegue que se incumple la ley. “¿Cómo pueden decir que no tenemos autorización para realizar actividades lucrativas? Después de muchas inspecciones del departamento de medio ambiente de la ACP, ¿cómo pueden decir que somos un problema ambiental cuando nunca nos han informado sobre un problema con la forma en que realizamos nuestras operaciones?”.
Jungle Land Panamá genera más de 20 empleos entre directos e indirectos y beneficia a unas 100 familias. “Hay trabajadores que tienen con nosotros más de 15 años. El dinero que inyectamos a la economía local beneficia enormemente a Panamá. La gran mayoría de nuestros ingresos provienen del turismo extranjero.
El producto que ofrece Jungle Land Panamá es promocionado y ofrecido en catálogos de ventas de mayoristas internacionales en Canadá, Alemania, Francia y otros países. Registra ventas hasta julio 2019 y reservas hasta 2020 con clientes de Rusia y Australia a través del tour operador que administra Jungle Land Explorers, Inc.
Los representantes de Jungle Land solicitan que se reconsidere la medida de desalojo y sostienen que están dispuestos a solicitar otro contrato con la ACP que llene los requisitos que exige para operar el lodge como producto ecoturístico.