Las compañías de servicios de viajes electrónicos Amadeus y Sabre están siendo investigadas por la Unión Europea por términos contractuales que, según el regulador antimonopolio del bloque, podrían impedir que las aerolíneas y las agencias de viajes cambien a otros agentes rivales.
Las aerolíneas suelen vender alrededor del 70% de sus tiquetes a través de terceros como agentes de viajes, pero tienen una relación tensa con las centrales de reservas, que utilizan sus redes de software para la venta a consumidores de productos como billetes de avión o habitaciones de hotel. Estas empresas generalmente se llevan márgenes de beneficio mucho más elevados que las aerolíneas cuyos billetes ayudan a distribuir.
Algunos intentos anteriores de las aerolíneas encaminados a evitar estos servicios y dirigir a los viajeros a sus sistemas de reservas terminaron con la pérdida de clientes.
Margrethe Vestager
Comisaria europea de Competencia.
La Comisión Europea abrió una investigación a las dos compañías ayer, asegurando que las prácticas de Amadeus y Sabre podrían infringir la normativa de competencia comunitaria y redundar en precios más altos para los consumidores.
“Nos preocupa que tales restricciones puedan crear barreras para la innovación y elevar los costos de distribución de los billetes, algo que en última instancia elevará los precios de los billetes para los viajeros”, dijo la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en un comunicado.
Vestager puede imponer multas de hasta el 10% dela facturación global de una empresa por incumplir las normas dela UE.
Amadeus dijo que sus prácticas comerciales cumplen con los requisitos legales y reglamentarios y que la distribución de las aerolíneas se ve afectada por el comportamiento comercial de las aerolíneas y los grupos de aerolíneas, entre otros factores.
“La revisión de cualquier factor debe tener en cuenta su dependencia e impacto en todos los demás factores para evitar socavar el mercado neutral y, por lo tanto, perjudicar a los consumidores”, dijo la compañía.
Sabre no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Hace tres años, Lufthansa, la aerolínea más grande de Europa, sacudió la industria al cobrar una tarifa por los billetes reservados a través de terceros en un intento por tener más control sobre sus precios e impulsar los ingresos.
Las aerolíneas British Airways e Iberia, del holding IAG, siguieron su ejemplo el año pasado.