Tras la revisión de la lista negra de paraísos fiscales, que en un principio incluyó a Panamá porque no cumplía con la cuestión relativa a la gobernanza fiscal al considerarse que tenía “un régimen preferencial tributario nocivo”, la Unión Europea (UE) ha decidido sacar definitivamente al país de esta clasificación.
Así lo revela Oxfam Intermón en un informe publicado este jueves. La decisión se haría pública según la oenegé en la próxima reunión de ministros de Finanzas (Ecofin) que tendrá lugar el martes de la semana que viene en Bruselas.
En diciembre de 2017, el organismo que agrupa a 28 Estados del Viejo Continente publicó una clasificación con las jurisdicciones consideradas no cooperativas en materia fiscal. 41 días después el bloque europeo canceló al istmo del Anexo I, referido a los países que no cumplen los estándares de transparencia, y lo situó en el Anexo II, correspondiente a las jurisdicciones en las que se identificaron deficiencias pero que asumieron el compromiso de corregirlas.
Controles bancarios
En este periodo, Panamá logró adecuar su legislación a los estándares europeos e internacionales, lo que ha sido supervisado por los equipos técnicos del bloque comunitario durante el mes de febrero. Entre otras medidas, el país tipificó como delito del Código Penal a la evasión fiscal y reguló la actividad de los call center y de los regímenes especiales (sedes de empresas multinacionales, Área Económica Especial Panamá-Pacífico).
Polémica
De otro lado, Oxfam critica la falta de rigor de la propia lista. Así apunta a que, si la UE aplicase sus propios criterios a los Estados miembros, cinco de ellos pasarían a formar parte de la lista negra. Se trata de Chipre, Luxemburgo, Malta, Irlanda y Países Bajos, ya que estos dos últimos, por ejemplo, permiten a las empresas dejar de tributar por los rendimientos derivados del registro de la propiedad intelectual, como las patentes y el copyrigth.
Sin embargo, desde un principio la UE puso un veto para que ninguna jurisdicción de su territorio estuviera señalada a pesar de las fallas de algunos en materia fiscal. Por ejemplo, durante más de una década, entre 2005 y finales de 2016, Luxemburgo fue un enclave jugoso para las grandes fortunas que perjudicó al resto de socios europeos justo cuando el actual presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, era primer ministro.
El grupo político de los Verdes europeos cifró en un informe en mayo de 2017 en 353,97 millones de dólares el perjuicio en la recaudación para el resto de países de la UE que causó el secreto bancario y las retenciones de impuestos benévolas en Luxemburgo.
