En la era de los celulares, las tabletas y los dispositivos electrónicos, el hecho de no tener acceso a internet es desolador. Ya no basta estar conectado en la casa o en la oficina. La gente quiere información en el Metro, restaurantes, en paradas de buses y en las plazas.
La meta de Panamá es que en los próximos cuatro años el 80% de su población tenga acceso al servicio mediante redes inalámbricas de internet gratuitas en espacios públicos.
Según la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG), este proceso está encaminado. Aseguran que actualmente están operativos 1,000 puntos de conexión gratuita de internet wifi con una velocidad de 2MB en sitios de interés público del país, pero los usuarios se quejan de deficiencias que se suponen deberían haberse superado.
El programa de internet gratuito en sitios públicos se inició con el gobierno de Ricardo Martinelli. Y luego, en la administración de Juan Carlos Varela, se hizo una licitación para robustecer la red. Reprogramar las conexiones en otros sitios y darle mayor conectividad a áreas remotas. Lo que había originalmente no era efectivo, por la forma en la que se hizo y la falta de mantenimiento. De allí que ahora haya expectativa por el buen funcionamiento de la red.
QUÉ DICEN LOS USUARIOS
Un recorrido llevado a cabo por este diario en tres sitios de la ciudad de Panamá—el Parque Recreativo Omar Torrijos; la plaza Tomás Herrera en el Casco Antiguo y la Plaza 5 de Mayo— corroboró un comentario en común: la red no funciona como debería.
Para empezar, los usuarios desconocen los lugares donde están funcionando cada uno de los sitios de conexión, solo quien se ha registrado en algún momento y en otro lugar podrá ser detectado de forma automática por la red.
De lo contrario, los usuarios advierten que no encuentran una plataforma visible en la que se les informe del acceso a una red gratuita.
Una queja recurrente es la lentitud en la navegación, acceso restringido a páginas o plataformas de normal acceso como es el caso de Spotify, además de lo ineficiente que resulta un solo punto de conexión en áreas extensas, como es el caso del Parque Omar.
En la AIG indican que la nueva red está en etapa de ajuste, pero realmente está a prueba.
César, un panameño de 35 años, critica el hecho de que ni siquiera exista una aplicación en la que se informe cómo y dónde funciona la red, tratándose de un proyecto que comenzó en 2010 y que ha requerido para su implementación un presupuesto de operación y mantenimiento de $21.6 millones.
Irvin Halman, administrador general de la AIG, asegura que las políticas del Gobierno han logrado la masificación del internet, sobre todo en lugares de difícil acceso como Metetí, en la provincia de Darién y la comarca Guna Yala, donde asegura que hay entre 500 y 600 conexiones al día.
Para dotar de banda ancha rápida y eficiente a escala nacional, la mayoría de los puntos de acceso tiene enlace de fibra óptica, otros tanto inalámbrico y 10% enlace satelital, comenta.
Halman dijo que una vez que se lleve a cabo el lanzamiento oficial de todos los puntos de conexión, también se pondrá a disposición de los usuarios una herramienta digital a través del 311 para detallar los lugares de entrada a la red.
Durante varios días y hasta el cierre de esta edición se le solicitó a la AIG el listado, al menos de los más de 300 puntos de conexión en Panamá, pero la información no fue compartida.
Se calcula que actualmente 50 de cada 100 panameños tiene acceso a internet, ya sea de forma comercial o residencial, según datos de la Autoridad Nacional de los Servicios Público (ASEP), una penetración inferior al promedio de América Latina y el Caribe calculada en 59.6%, según un estudio de Internet World Stats (IWS).
De los 2 millones 33 mil panameños que utilizaron el servicio de internet el año pasado, solo un 0.5% lo realizó mediante red wifi, según datos de la ASEP.
Con la puesta en marcha de la Red Internet 2.0, más personas podrán conectarse mediante el sistema wifi gratis, pero sin interferir ni competir con las compañías operadoras del país, asegura el director general de la institución.
CONEXIONES AL DÍA
Pablo Ruidíaz, director de Internet, Inclusión y Movilidad de la AIG, explica que diariamente se reportan cerca de 3 mil nuevos registros a la Red Internet 2.0.
Respecto a las conexiones, la data muestra que cerca de unas 74 mil secciones se abren al día. “Esto suma a las personas que se conectan varias veces”, dijo.
Albert, un estadounidense que vive en Panamá, explica que ha dejado de utilizar el servicio gratuito porque “no funciona”.
“La red se conecta, pero cuando quiero enviar un mensaje por Gmail no sale, o si quiero abrir un correo no abre”, dijo.
Explica que por ser el Casco Antiguo un lugar turístico, es de vital importancia que la red marche correctamente. “En Colombia, por ejemplo, hay muchos turistas que abren su correo para buscar su reservación en el hotel o verificar la información de su vuelo sin la necesidad de usar su data, ni estar conectado a la red del hotel. Si hay un servicio público gratuito en el Casco Antiguo, lo ideal es que funcione lo mejor posible”.
Según la AIG, la red de Internet para Todos tiene una visión social. Permite que el usuario navegue en páginas esenciales como Gmail, redes sociales y buscadores a una velocidad de 2MB por conexión. “Pero detrás de cada enlace, en el proceso de carga y descarga se estima que el usuario navegue a una velocidad de 10MB ”, explica Ruidíaz.
Advierte que páginas de descarga de videos como Youtube no se pueden usar en esta red. “Lo que queremos es que los ciudadanos estén conectados a sus necesidades básicas”, señala.
Otro obstáculo para los usuarios del servicio es el radio de conexión (100 metros lineales), sobre todo en áreas de gran expansión.
Mercedes una visitante frecuente del Parque Omar, asegura que la red solo funciona para los usuarios que están cerca de la casa club. “Apenas te mueves unos metros y ya no tienes señal. Lo recomendable es que para estas áreas haya varios sitios de conexión”, comenta la usuaria.
REGISTRO
En un sondeo no científico elaborado por La Prensa, se identificó que el 59.42% de los participantes no se han conectado nunca a la Red Nacional de Internet 2.0; un 36.23% sí lo ha hecho y un 4.35% no conoce el servicio.
En cuanto a cómo califica el servicio, la mayoría representada por un 30.23% dijo que regular.
Desde la creación de la red, la premisa de la AIG es que la internet de alta velocidad incide en el desarrollo del país.
A partir de esta realidad, se pensó en una plataforma que marchará al compás de las nuevas tecnologías y las capacidades en los diferentes servicios, según los representantes de la AIG.
“Para los próximos cuatro años, las contratistas están anuentes a una capacidad de crecimiento de hasta 25%”.
Con esta proyección se prevé que en la red puedan estar conectadas muchas personas al mismo tiempo sin que colapse la plataforma, explican los voceros de la AIG.