El Vaticano decretó ayer nuevas normas que requieren que todo aquel que traiga 14 mil dólares o más a la Santa Sede debe declarar ese dinero, la última iniciativa para sumarse a las normas financieras internacionales.
La norma fue adoptada el mismo día en el que la Santa Sede amplió y puso en vigencia las normas contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, incluyendo la creación de un nuevo organismo supervisor financiero encargado de asegurar la transparencia en las finanzas vaticanas.
El Vaticano anunció la medida el 20 de diciembre para cumplir las normas sobre tránsito de divisas de la Unión Europea y disipar su imagen de paraíso fiscal con reputación de secretos y escándalos.
Mientras tanto, el banco del Vaticano sigue implicado en una pesquisa sobre lavado de dinero que ocasionó la confiscación de 31 millones de dólares y la investigación en septiembre de dos de sus directivos. El Vaticano ha negado haber cometido alguna irregularidad y dijo que la investigación del banco, llamado Instituto para las Obras Religiosas, ocasionó un mal entendido que espera sea aclarado. Los fiscales no han acusado de delito o falta alguna a los directivos.

