El año 2017 le deja al sector agropecuario un sabor agridulce. Lograron crecer las hectáreas de producción y el rendimiento en algunos granos básicos como arroz y maíz, pero la comercialización de hortalizas, maíz, tubérculos y carne de cerdo no corrió con la misma suerte.
Los problemas de comercialización son la causa de la discrepancia entre los productores y los importadores. “No existe una relación entre la siembra, la cosecha y la comercialización”, asegura Valentín Domínguez, presidente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo de Los Santos.
De la cosecha 2017 los productores de maíz todavía tienen disponibles para la venta 88 mil quintales del grano, mientras el 10 de enero próximo se inicia la recolecta del ciclo agrícola 2018.
La entrada del producto extranjero también golpeó al sector porcicultor del país.
Las cuotas de carne de cerdo libre de impuesto negociadas en el tratado de promoción comercial entre Panamá y Estados Unidos provocaron una caída en el precio de la carne bovina local, manifestó Eric Velásquez, de la Asociación Nacional de Porcinocultores y de la Asociación de Porcicultores Unidos de Panamá.
“El 2017 fue un año muy difícil para el sector. Muchos productores están abandonando la actividad por las importaciones”, asegura Velásquez.
Reconoce que los productores deben ser eficientes y no depender de los subsidios estatales. Esto solo se logrará con una mejor genética en los animales y el uso de tecnología, dijo.
El sector agropecuario necesita políticas de Estado justas, en las que se le cierren las puertas a las importaciones en época de mayor producción local. “Por qué traer un producto congelado cuando en el país existe la carne de cerdo fresca”, indicó. Amílcar Sánchez, expresidente de la Asociación de Productores de Arroz de Chepo y Darién, calificó 2017 como un año favorable, en el que se logró controlar las importaciones en época de cosecha local. Los rendimientos por hectárea en el cultivo de arroz pasaron de 95 quintales a 110 quintales.
Para el sector productivo del occidente del país, 2017 significó un año en donde se definió la hoja de ruta para lograr el reposicionamiento del sector agropecuario.
El reto en 2018 será desarrollar el Plan Maestro del Agro de la Región Occidental, y que no quede como una propuesta más, señaló Felipe Rodríguez, presidente del Centro de Competitividad de la Región Occidental.
En los próximos siete años se pretende invertir $557 millones en reactivar la producción de alimentos de la comarca Ngäbe Buglé y de Bocas del Toro y Chiriquí.
El sector privado aportará $402 millones y el Estado, a través de la CAF, destinará $155 millones.
El año que culmina también fue bueno para la caficultura panameña. En la subasta online XXI Best of Panama 2017, se impuso el récord de $601 por la libra del café Esmeralda Geisha Cañas Verdes Natural, de la Hacienda La Esmeralda, de la familia Peterson.
En Volcán, Chiriquí, también se hizo una subasta privada en la que el kilogramo de geisha se vendió a $5 mil.
Este año quedó demostrado que el café panameño se distingue por sus características organolépticas (sabor, textura, olor, color o temperatura), cualidades que son inigualables, añadió Francisco Serracín, de la Asociación de Café Especial de Panamá, productor y catador nacional.