Pablo Gutiérrez, financista especializado en gestión de riesgos y seguros, hizo una radiografía del enorme problema financiero que enfrenta el sistema público de pensiones y el desafío que esto le impone al país.
El “agujero negro” al que se enfrenta el subsistema exclusivo de beneficio mixto de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) es de $77 mil millones, lo que se traduce como el saldo a valor presente de todas las obligaciones que tiene la Caja de Seguro Social (CSS) con los jubilados que forman parte del sistema y a quienes tendría que pagar pensiones hasta el año 2077.
De acuerdo con los últimos cálculos actuariales, las reservas para hacerle frente a estos pagos apenas alcanzarían hasta el año 2023, por lo que ha surgido un diálogo nacional y también iniciativas ciudadanas para emprender reformas estructurales.
En este sentido y en el marco de CADE 2021, Gutiérrez habló de lo que serían propuestas “bastante impopulares, pero que pueden representar un alivio” para evitar que la crisis del IVM arrastre a toda la economía.
Mencionó, por ejemplo, la migración de parte de los cotizantes del subsistema exclusivo de beneficio definido al sistema mixto, que contempla un componente personal de ahorro.
Esta migración se haría considerando la edad y el año estimado de retiro del trabajador y contemplaría un bono de reconocimiento por parte del Estado por los aportes que hizo el cotizante en el sistema de beneficio definido.
Gutiérrez expresó que aunque el presidente Laurentino Cortizo se ha negado a implementar medidas paramétricas, estás serían parte del cóctel de soluciones, como es el caso de un aumento en la cuota obrero patronal o la tasa de reemplazo.
También habló de un aumento en la edad de jubilación que puede ser escalonado, por ejemplo, de tres años para los que le falten 10 años para jubilarse.
Adicional, hizo énfasis en la necesidad de implementar un sistema de pilares, haciendo énfasis en que se necesita analizar los números para identificar cómo se comportaría la entrada de fondos en cada uno de los esquemas y tras la aplicación de las otras medidas.
A manera de ejemplo, mencionó un pilar con el que se otorgaría una pensión universal a quienes no reciban ningún otro ingreso. Esto sería financiado por el Estado.
Habría otros pilares en los que se establecería una contribución definida obligatoria o voluntaria del cotizante.
Gutiérrez insistió en la necesidad de enfrentar los cambios, ya que el tamaño y la magnitud de la crisis es impresionante sino se llega a hacer nada.
“Nos encontramos ante una crisis de pensiones nunca antes vista”, sentenció.