Las tres líneas de transmisión eléctrica utilizadas hoy para transportar la energía que se produce en Chiriquí y Bocas del Toro quedarían rebasadas en 2020, según las proyecciones de la estatal Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (Etesa).
Se prevé que con la instalación de los statcom, o equipos especiales que ayudarán a utilizar al máximo las tres líneas existentes, la capacidad de transporte de energía alcanzará un tope de mil 241 megavatios el próximo año.
Para ese momento, la capacidad instalada de las plantas de generación en Chiriquí y Bocas del Toro será de mil 620 megavatios, es decir, 379 megavatios por encima de lo que podrían transportar las tres líneas.
La mayoría de estas generadoras son hidroeléctricas de pasada y embalse, que alcanzan su máxima capacidad en la temporada lluviosa. Cuando no se pueda transportar la energía por falta de líneas de transmisión habrá que botar el agua sin que pase por las turbinas.
La situación genera cierta incertidumbre, considerando el nuevo tropiezo de la licitación por la cuarta línea de transmisión.
Esta cuarta línea se debía comenzar a construir en 2020 para que estuviera operativa en julio de 2023. La construcción tomaría aproximadamente entre 30 y 42 meses.
A diferencia de las otras tres líneas de transmisión, que operan casi paralelas a la carretera Interamericana, desde Chiriquí a Panamá, los 317 kilómetros de la cuarta línea se proponen construir por la costa atlántica, detrás de la cordillera.
Según Etesa, además de aumentar la capacidad de transmisión, esta línea se convertiría en un anillo de redundancia que permitirá a los técnicos darle mantenimiento a las otras tres líneas sin dejar al país sin energía eléctrica.
Orden del regulador
Algunos actores del sector, entre ellos la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), habían planteado a Etesa que no se hiciera la licitación de la cuarta línea hasta que se sustentara la fecha de entrada en vigencia.
El regulador había recomendado a Etesa que iniciara el desarrollo de los estudios necesarios para definir la ruta final de la línea (alineamiento), el estudio de impacto ambiental y la adquisición de servidumbres que se requieran.
Sin embargo, Etesa apeló la decisión y finalmente la ASEP aprobó que se hiciera la licitación de la cuarta línea pero con algunas condiciones. Además de cumplir con los estudios de impacto ambiental requeridos para el proyecto, el regulador exigió que el pago de la obra se haga en un periodo de 35 años y no en menos de 20 años, como se propuso en el pliego original.
Una de las razones del regulador para plantear esta petición está enfocada en evitar que la tarifa de transmisión que se cobra a los clientes finales tuviera un incremento muy alto.
La cuarta línea se define como un proyecto de diseño, construcción, operación y traspaso (BOT, por sus siglas en inglés), mediante el cual la empresa que se lo adjudique hará la obra la operará hasta recuperar su inversión.
Pese a que a los dos consorcios que presentaron propuestas no cumplieron con los requisitos técnicos, lo que llevó a Etesa a declarar la licitación desierta, aún se continúa promoviendo el proyecto. Ayer, los representantes de Etesa expusieron los avances del proyecto al Comité de Energía de Amcham (Cámara Americana de Comercio e Industrias de Panamá).
Dos proponentes descalificados por la comisión evaluadora
Los dos grupos precalificados -Consorcio Interpanama de Colombia y China Electric Power Equipment and Technology de China- que presentaron propuestas el 9 de abril no cumplieron con los requisitos técnicos.
Esto obligó a Etesa a retirar los sobres con las propuestas económicas y precio de referencia. Como no cumplieron los requisitos técnicos, la comisión no pudo hacer la evaluación técnica y se declaró desierta la licitación por mejor valor con evaluación separada. La resolución se publicará por término de dos días en Panamá Compra para efecto de notificación a los interesados. Se desconoce si habrá una nueva convocatoria a licitación.