La crisis del nuevo coronavirus tendrá un fuerte impacto en las economías de la región. CAF-Banco de Desarrollo de América Latina considera que la caída del producto interno bruto (PIB) de la región será de 5.5%, con riesgos para que la caída sea de hasta 8%, un retroceso que “no tiene precedentes históricos”, según Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento de CAF en un conversatorio virtual celebrado ayer bajo el título “¿Cómo afectará la nueva normalidad al bolsillo de los latinoamericanos?”.
Los analistas coincidieron en que la elevada informalidad en la región es un factor determinante en la profundidad de la crisis y también se debe tener en cuenta en las políticas para la recuperación.
El economista mexicano Santiago Levy esbozó una serie de medidas que se pueden aplicar en la región para salvaguardar la mayor cantidad de empleos, aunque reconoció que los países son heterogéneos y no habría una receta única. Se refirió a la concesión de subsidios a las empresas formales condicionados a que mantengan los contratos, apoyos con garantías de crédito de los gobiernos para que las empresas puedan acceder a facilidades bancarias.
En paralelo, se deberían promover mecanismos para transferir ingresos a los trabajadores informales a través de programas sociales existentes o diseñando programas expeditos.
Augusto de la Torre, execonomista jefe del Banco Mundial para América Latina, dijo que para hacer estos esfuerzos los gobiernos requieren “bolsillos fiscales”, algo que no tienen todos los países de la región.
De la Torre apuntó que además de situaciones de falta de liquidez habrá que resolver problemas de insolvencia, lo que va a requerir de nuevas fórmulas en el régimen laboral. Puso como ejemplo que en Ecuador se pasó una ley que suspende el régimen legal sobre temas laborales y crea un espacio para que cada empresa se pueda poner de acuerdo con sus partes (trabajadores, proveedores y acreedores) para dar viabilidad a la empresa y evitar la quiebra. “Esto es mayor flexibilidad para la cooperación, no para que una parte explote a la otra”, dijo el economista.