El sistema público de pensiones es un corazón enfermo. Está fatigado y débil. Sus latidos son rápidos e irregulares. Le quedan pocos años de vida al llamado subsistema exclusivo de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Las proyecciones de pagos que se deben hacer en concepto de pensiones están muy por encima de los limitados ingresos que se han proyectado en concepto de cuota obrero-patronal.
De allí que se haya instalado un diálogo nacional para encontrar una salida a la crisis y darle oxígeno al IVM.
Sin embargo, y aunque tienen el reloj en contra, los miembros de la subcomisión designada para elaborar la metodología que utilizará la mesa plenaria por el diálogo de la Caja de Seguro Social (CSS) aun no han llegado a un consenso sobre la estructura de la conversación, por lo que se evalúa pedir prórroga hasta marzo para tener esos fundamentos listos.
Se suponía que en febrero esto debía ser un tema resuelto, pero el proceso muestra atraso cuando ni siquiera se ha llegado a la médula de un debate que promete ser largo y complejo, sobre todo por las posturas tan disímiles que tienen los participantes del diálogo y la que ha dejado sentada la administración de la CSS respecto a no considerar medidas paramétricas, como el cambio de cuotas, edad de retiro o tasa de reemplazo.
Una vez establecida la metodología, se estima que las conversaciones duren unos seis meses, para luego enviar un documento de propuestas de reforma a la ley orgánica de la CSS al Ejecutivo, quien tendrá que enviar el proyecto a la Asamblea Nacional, cuya discusión podría tardar varios meses, dependiendo de los cambios que se propongan para alargar la vida del IVM y sus reservas.
Mientras tanto, la Junta Técnica Actuarial (JTA) ha hecho un diagnóstico detallado del estatus del enfermo y su pronóstico de vida para los próximos años, en caso de que no se haga ninguna reforma estructural.
El flujo de caja del subsistema de beneficio definido indica ingresos por $1,090 millones al cierre de este 2021, mientras que tendría obligaciones o egresos por $1,867 millones.
Esto da como resultado un déficit neto (antes de los aportes del Estado) por $777.6 millones.
Los pagos que se deben hacer a los pensiones van en incremento y, con el paso de cada año, la salud del IVM es más delicada.
Se calcula que para 2022 los ingresos por cuota obrero patronal apenas serán por $1,295 millones, mientras que los egresos escalarían a $1,986 millones. El déficit neto ese año sería de $691.1 millones.
Y a partir de 2024, cuando el país esté estrenando un nuevo mandato presidencial, la situación empeoraría puesto que los egresos o pagos a jubilados empiezan a rebasar los $2,000 millones al año, y los déficits están por encima de los $1,000 millones cada año. (Ver gráfica).
Esto sucede porque en las proyección de asegurados y pensionados de este programa hechas por la JTA se refleja cómo se va reduciendo el número de cotizantes y engrosando la cantidad de pensionados.
Al cierre de 2021, habría 555,242 cotizantes activos y 255,567 pensionados (excluyendo a los sobrevivientes de cotizantes fallecidos que reciben un beneficio) .
Para el año 2029, habría 400,409 cotizantes activos, mientras que la cantidad de pensionados se elevaría a 336,166.
Esta tendencia tendrá una consecuencia directa. Las corridas indican que entre 2024 y 2029, el Estado tendría que aportar adicionalmente $6,458 millones para financiar los déficits anuales que se generan entre el diferencial del total de ingresos, el total de egresos y los aportes del Estado ya pactados en el articulo 213 de la Ley 51 de 2005, de la CSS.
Un dato supremamente importante es que estas proyecciones no incluyen los pagos u obligaciones que generarían los cotizantes inactivos actuales; personas que no han pagado cotizaciones durante el 2019 pero que en el pasado sí lo hicieron, de manera que tienen derechos latentes que se tendrán que considerar cuando lleguen a la edad de jubilación.
El informe actuarial de la JTA precisa que aunque sus simulaciones muestran diferencias con respecto a lo proyectado por el Departamento Actuarial de la CSS en su último informe, en ambos casos se llega a una conclusión similar: “Tanto el modelo del Departamento Actuarial de la CSS como el nuestro, concluyen que las reservas del subsistema exclusivo de beneficio definido y fideicomiso a favor del IVM, se agotarían a inicios de 2024 si no se hace nada. Esto es considerando la última información disponible sobre el impacto de la pandemia por la Covid-19”. Un paciente en estado terminal.