Los bebedores de vino que buscan aliviar el estrés del encierro han impulsado la demanda de vinos prémium asequibles en el rango de $10 a $14 por botella. El momento no podría haber sido mejor para el mayor exportador de vino de América Latina.
Casillero del Diablo, la marca emblemática de la Viña Concha y Toro SA, que apunta a ese segmento, ayudó a la empresa con sede en Santiago a registrar un aumento de 17% en las ventas en el segundo trimestre y un crecimiento del volumen de 3.3%. Por sí solo, Casillero del Diablo, que representa 20% de las ventas totales, registró un alza de 36% en las ventas y de 14% en el volumen.
“El mercado está pidiendo calidad, pero a buen precio”, dijo en una entrevista el gerente corporativo de finanzas de Concha y Toro, Osvaldo Solar. “Nuestra estrategia es seguir haciendo crecer este segmento de vino dentro de nuestro mix”.
Las favorables condiciones climáticas han permitido a Chile desarrollar una sólida industria vitivinícola, que ahora representa 3% de las exportaciones del país. Las protestas contra el Gobierno que comenzaron en octubre y la pandemia de la Covid-19 han debilitado el peso chileno en cerca de 8% desde entonces, beneficiando a los exportadores. Los mercados extranjeros representan 80% de las ventas totales de Concha y Toro. En este escenario, la acción de la compañía superó al resto del mercado, con un aumento de 9.9% en el último mes en comparación con la pérdida de 1% en el índice de referencia de S&P IPSA.
De forma lenta y constante, los consumidores en Europa Occidental se han mostrado cada vez más dispuestos a pagar más por botella, según un estudio realizado por Euromonitor entre 2013 y 2018. Concha y Toro categoriza sus vinos como prémium, superprémium —entre $15 y $25 por botella— y ultraprémium entre $25 y $40 por botella.