BID Invest está en conversaciones para implementar los llamados préstamos para proyectos de descarbonización en América Latina (AL), a medida que la institución multilateral busca ayudar a la región a cumplir sus objetivos climáticos acelerando el reemplazo de activos de combustibles fósiles.
“En energía, estamos hablando con diferentes clientes tanto en Chile como en Costa Rica”, dijo en una entrevista la directora de Inversiones, Gema Sacristán. “Nuestro enfoque en la industria del transporte son los sistemas de autobuses eléctricos”.
El miembro del Grupo BID que invierte en proyectos privados pequeños y medianos acaba de hacer su primer acuerdo de este tipo con un productor de energía chileno, invirtiendo 125 millones de dólares a una unidad de Engie SA para un parque eólico cerca de la ciudad de Calama.
“Nuestro enfoque en la industria del transporte son los sistemas de autobuses eléctricos”.
Gema Sacristán, directora General de Negocios de BID Invest.
El paquete ofrece incentivos para el cierre de plantas de carbón y también permitiría a Engie compartir cualquier aumento en el precio mínimo del carbono en caso de que se cree un mercado regulado de carbono durante la vigencia del préstamo.
BID Invest espera otorgar más préstamos para los planes de descarbonización este año. “Ya estamos hablando con varios clientes y esta transacción ha despertado mucho interés”, dijo Sacristán.
Mientras BID Invest trabaja en más préstamos, su institución hermana está trabajando con las autoridades de la región en políticas para ayudar a cumplir los objetivos de carbono. El objetivo es que otros prestamistas sigan su ejemplo para apoyar la transformación energética, dijo.
El hidrógeno verde y las baterías son otras áreas en las que BID Invest desea involucrarse, con discusiones en curso con las autoridades chilenas.
Durante los próximos 20 años, el país estima que podría necesitar 220 mil millones de dólares en inversiones de hidrógeno verde y generaría 100 mil puestos de trabajo.
El país sureño fue el primero en la región en emitir bonos verdes, lo que llevó a México, Perú y Colombia a preparar este tipo de propuestas.
Brasil y Chile son los mayores mercados de bonos verdes en América Latina y el Caribe, con empresas no pertenecientes al sector financiero, fondos soberanos y bancos de desarrollo que representan el 80% de la emisión total.