El gobierno estadounidense reveló un plan para aumentar la competencia en la industria cárnica, dominada por un puñado de grandes empresas (dos de ellas con capital brasileño) que, según la Casa Blanca, se aprovechan para subir los precios a los consumidores y reducir los ingresos de los ganaderos.
“Lo he dicho antes y lo repito. El capitalismo sin competencia es explotación. Esto es lo que vemos en la carne y las aves de corral”, dijo el presidente estadounidense, Joe Biden, al lanzar una mesa redonda virtual sobre el tema.
Los pequeños campesinos y ganaderos independientes se ven obligados a cesar su actividad, algunos de ellos después de generaciones y generaciones, frente a gigantes, añadió.
Biden arremetió asimismo contra los beneficios masivos de estas grandes empresas. La Casa Blanca consideró al sector un caso típico de los estragos de demasiada concentración y recuerda que, en materia de envasado y procesamiento de carne vacuna, las cuatro empresas más grandes de Estados Unidos controlan el 85% del mercado.
Se trata de Cargill (Estados Unidos), Tyson (Estados Unidos), JBS (Brasil) y National Beef (filial de la empresa brasileña Marfrig).
El gobierno de Biden desembolsará mil millones de dólares para apoyar el desarrollo de infraestructuras de procesamiento y envasado de carne independientes, sobre todo para la matanza.