En el 2020 Panamá perdió 289 mil empleos. En una economía que genera unos 45 mil empleos anuales, tomará por lo menos 6 años recuperarlos. La planilla estatal aumentó y el sector privado perdió 37% de sus empleos formales. Hoy hay menos asalariados privados que en el 2004. La pandemia “borró” 15 años de generación de empleo formal por parte de las empresas panameñas (2004-2019). 70% de los trabajadores del país son informales y funcionarios.
El colapso del empleo formal privado fue directamente responsable de la reducción del 40% en los ingresos de la Caja del Seguro Social 2020 y la contracción del consumo, estimada en $600 millones mensuales y focalizada principalmente en estratos socioeconómicos humildes, pues 4 de cada 5 trabajadores que perdieron sus fuentes de ingreso tenían salarios inferiores a los $750 mensuales y desempeñaban trabajos presenciales.
Esta tendencia es confirmada por los resultados de la “Tercera encuesta de hogares: Ingreso familiar y alimentación” realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en junio 2021, que indica que “el 81% de los hogares del nivel más bajo ha perdido total o parcialmente sus ingresos”.
UNICEF también evidencia que no hay señales de recuperación económica para las familias, según se observa al comparar la situación actual de los ingresos familiares con la observada en noviembre de 2020.La pérdida de capacidad adquisitiva en los estratos más humildes de la población ha sido parcialmente mitigada por el bono solidario y la bolsa solidaria, programas sociales para cuyo financiamiento el Gobierno ha tenido que recurrir a financiamiento externo, en medio de una fuerte caída de las recaudaciones fiscales y una precaria situación financiera.
Estas ayudas no son sostenibles, pero su eliminación elevaría la potencialidad de conflictividad social. Las repercusiones socioeconómicas de la Covid-19 serán muy superiores a su impacto sanitario. La verdadera “pandemia” apenas comienza. Al 30 de junio 2021, de los 873,750 trabajadores asalariados en el sector privado que había a agosto 2019 (INEC), 37% (327,340) había perdido su empleo, 30% (262,381) lo mantuvo, 18% (153,463) fue suspendido y luego reactivado, 13% (111,019) mantiene su contrato suspendido y 2% (19,547) fue reactivado y posteriormente desvinculado.
La contracción del consumo guarda directa relación con la pérdida de empleos formales con bajos salarios (78% de la pérdida total de empleos en el 2020), incluyendo: 1. 71,255 trabajadores no calificados, 20% del total (salario mensual de $448.50). 2. 68,046 trabajadores del comercio y otras actividades de servicio presencial, incluyendo bares, restaurantes y hoteles (18% del total), con salario promedio de $649.82 mensuales. 3. 35,756 agricultores (17% del total), con ingresos mensuales de $695.52. 4. 31,172 choferes y operadores de maquinaria (22% del total y salario de $734.60). 5. 10,626 oficinistas (10% del total), con salario de $729.70 por mes.
La economía panameña crecerá en el 2021, impulsada por las exportaciones de cobre y la recuperación del comercio mundial, pero el sector interno continuará deprimido, condicionado a las restricciones de movilidad, por lo que el panorama laboral continuará incierto.
De hecho, según estimaciones de la Ministra de Trabajo, Doris Zapata, el desempleo hoy se ubica en 20%, en contraste con el 18.5% registrado en septiembre 2020.Aún existen unos 100 mil trabajadores con contratos suspendidos, 80 mil de ellos en el comercio, hotelería, bares y restaurantes, actividades severamente afectadas por las cuarentenas y toques de queda. Sólo el 15% de los trabajadores del sector hotelero ha sido reactivado.Mitradel espera tramitar unos 200 mil nuevos contratos laborales en el 2021, un poco más de la mitad de los 378 mil tramitados en el 2019, cuando se generaron 52,040 empleos, todos informales. En la primera mitad del año, la entidad tramitó unos 97,700 nuevos contratos, 48% de los 202,108 tramitados en el mismo período del 2019.
En el 2020, 213,936 panameños (as) con 11 o menos años de escolaridad perdieron sus fuentes de ingreso, representando el 74% de todos los empleos perdidos. Pero la generación de empleo en sectores que históricamente han requerido bajos niveles de instrucción formal luce complicada.
Existen condiciones favorables para posibles focos de inestabilidad social ante una eventual racionalización o eliminación del bono solidario, dada la complicada situación fiscal del país. En una economía donde el 70% de los empleos son presenciales, urge eliminar las restricciones de movilidad e inyectar la liquidez necesaria al tejido productivo para generar empleos y empoderamiento económico. Como dijo una vez Ronald Reagan, “el mejor programa social del mundo es un empleo”.
El autor es consultor empresarial.


