La brasileña JBS SA, la mayor compañía de carne vacuna del mundo, tiene un mensaje para los carnívoros estadounidenses: quédense tranquilos.
En medio de una ola de cierres de mataderos en Estados Unidos relacionados con la pandemia del coronavirus, el director financiero de JBS dijo que su compañía podía aumentar las exportaciones de Australia y tiene capacidad ociosa en Brasil para envíos de carne a Estados Unidos.
“Nuestra diversificación geográfica ha sido una cobertura natural para las barreras comerciales y los problemas sanitarios”, manifestó Guilherme Cavalcanti, director financiero del grupo, en un seminario web patrocinado por Genial Investimentos. “Ahora, esta flexibilidad funciona como cobertura de suministro para la crisis actual”.
Minerva SA, el mayor exportador sudamericano de carne de res, también está listo para satisfacer las necesidades estadounidenses, de sus ocho plantas en Brasil, Argentina y Uruguay, según el director financiero Edison Ticle. Las ventas de la compañía a Estados Unidos han aumentado desde principios de abril, cuando las perspectivas para el suministro de carne en la nación comenzaron a deteriorarse, dijo.
“Estados Unidos se ha convertido en un cliente importante”, dijo Ticle en una entrevista.
El líder de Marfrig Global Foods SA, otro gigante brasileño de la carne, dijo que la demanda estadounidense de carne de vaca en Sudamérica se ha intensificado en medio del cierre de plantas debido al coronavirus. Marfrig también puede enviar carne de vaca a Estados Unidos desde los tres países sudamericanos.
Estados Unidos reabrió el mercado a la carne fresca de Brasil en febrero después de suspender las compras en 2017 por motivos de seguridad. Brasil puede exportar ahora a Estados Unidos alrededor de 60,000 toneladas métricas al año en una cuota libre de aranceles compartida con otras naciones, según Ticle. Los envíos que excedan la cuota deberán pagar un arancel del 26%, lo que puede seguir siendo rentable, considerando las actuales primas de precios, dijo Ticle. Argentina y Uruguay tienen su propia cuota para el mercado de carne de vaca estadounidense.