El Banco Central de Brasil (BCB) anunció ayer un recorte de su tasa básica de 0.25 puntos porcentuales, llevándola a un nuevo mínimo histórico de 4.25% en el marco de su política de reactivación económica, aunque indicó que podría interrumpir el ciclo después de cinco bajas consecutivas.
El recorte, decidido por unanimidad de los nueve miembros del Comité de Política Monetaria (COPOM) del BCB, coincide con la estimación promedio del mercado.
La decisión se adoptó en medio de la crisis del coronavirus que semiparaliza a China, primer socio comercial de Brasil, y tras la publicación de datos que mostraron una caída de la producción industrial en 2019, comprometiendo el despegue de la mayor economía latinoamericana.
Pero el Copom llama a guardar la calma.
“En el escenario externo, a pesar del reciente aumento de las incertidumbres, el carácter acomodaticio de la política monetaria en las principales economías ha sido capaz de producir un ambiente relativamente favorable para las economías emergentes”, señala la institución.
Por eso, recomienda “cautela” y da a entender que antes de decidir nuevas bajas esperará que las ya decididas desde julio pasado, cuando la tasa Selic estaba en 6.5%, surtan todo su efecto.
“Teniendo en cuenta los efectos desfasados del ciclo iniciado en julio de 2019, el Comité ve adecuada la interrupción del proceso de flexibilización monetaria”, señala el documento.
Así y todo, “sus próximos pasos seguirán dependiendo de la evolución de la actividad económica, del balance de riesgos y de las proyecciones y expectativas de inflación”, agrega.
El ciclo de recortes fue posibilitado por una inflación bajo control y era reclamado por los sectores productivos ante la debilidad de la economía, que no consigue despegar después de la grave recesión de 2015 y 2016.

