La buena vibra como negocio

La buena vibra como negocio


Los emprendimientos tienen ese mágico don de resolver necesidades no atendidas. Hacen parte de movimientos ciudadanos porque de forma espontánea resuelven una carencia. Y cuando a esa receta le agregas el componente de promover un estilo de vida saludable, el éxito se asoma.

ProHealth Shop es uno de esos emprendimientos llenos de buena vibra, en el centro de la ciudad, en el vibrante barrio de San Francisco.

Allí, en la ajetreada vía Cincuentenario, Annie Sapler ha construido un micromundo de comida que invade el cuerpo sin abrumar el paladar. La ensalada de quinua con tomatitos cherry rostizados, garbanzos y pollo, en salsa cremosa de yogur, podría hacer que cualquiera repita la dosis en una misma semana.

Annie le llama comida superpoderosa. Productos que te llenan de energía y te regalan equilibrio.

En medio de la conversa, su rostro se transforma cuando menciona la obsesión de una sociedad que se la pasa “contando calorías”. “No se trata de eso. Lo que importa es comer saludable”.

Annie no es nutricionista, lo aclara. Se podría describir, entonces, como una persona que empezó a escuchar a su cuerpo e intenta que los demás experimenten la misma sensación.

Desde hace algunos años se interesó por el tema, y desde entonces no hace otra cosa que devorar toda la literatura vinculada, asistir a ferias internacionales para ver y escuchar sobre las últimas tendencias y ponerlas en práctica en Panamá.

“Podemos prevenir muchas enfermedades y no llegar al punto de tomar medicamentos, si nos alimentamos de forma balanceada”.

Lo que dice es el consejo elemental que dan todas las autoridades y la histórica insistencia de muchos padres preocupados por los alarmantes índices de sobrepeso y obesidad en el país.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, en Panamá el 62.2% de la población adulta padece sobrepeso y el 26.8%, obesidad. Ya sabemos lo que esto ocasiona; hipertensión y diabetes, por mencionar algunas enfermedades.

En términos comerciales, ProHealth Shop se podría describir como un híbrido. Es una especie de tienda en la que se encuentran todo tipo de suplementos nutricionales. También es un cafetín en el que a media mañana pactas una cita. Tiene una cocina descomplicada a la hora del almuerzo en la que se prepara un bol de arroz basmati, ropa vieja, frijoles negros y pico de gallo.

El negocio nació en el año 2012, pero como ocurre con muchos emprendimientos, la idea original no tiene nada que ver con lo que observan sus clientes el día de hoy.

Annie recuerda que empezó en un pequeño local comercial con la venta y distribución de batidos de proteínas. Pero los clientes que llegaban al pequeño show room entablaban largas conversas que luego fueron acompañadas con una taza de café.

El negocio fue tomando vuelo y el lugar se hizo pequeño, entonces decidieron mudar su sede. Del café a la preparación de comida se dieron un par de pasos, y resulta que “el restaurante se convirtió en una importante división del negocio”.

En estos momentos el negocio atiende tres frentes: distribución de los suplementos, la tienda al por menor (que es donde se ubica el restaurante) y las entregas a domicilio.

El delivery, como parte de la estructura, incluye la preparación programada y sistemática de todas las comidas de un día para ciertos clientes.

La cuenta de Instagram muestra de forma permanente todo lo que allí se ofrece: se cocinan ideas y se crean recetas. El color abunda y es a través de las redes sociales que Annie ha comprobado el alcance de su propuesta.

Observa en el futuro cercano otro segmento en el que incursionará: artículos de limpieza y cuidado para las casas y los niños.

“Lo más difícil fue empezar”, reflexiona acerca de las dificultades con las que puede encontrarse cualquier emprendedor.

A su juicio, una etapa compleja es aquella en la que se trabaja día y noche, sin observar de forma material los avances. “Pero esa fase pasa y las cosas empiezan a tomar forma”.

Y cuando finalmente las cosas se hacen con los ojos cerrados, nuevamente hay que crear.

LAS MÁS LEÍDAS