Panamá inició una investigación sobre el accidente del buque japonés Wakashio, con bandera panameña, que permanece encallado en las costas de Isla Mauricio, Océano Índico, vertiendo combustible al agua y donde se ha declarado una emergencia medioambiental por las dimensiones del derrame.
Las autoridades de ese país, en colaboración con otros naciones vecinas, tratan de sacar las 4 mil toneladas de combustible que tenía la embarcación en sus depósitos para su consumo con la ayuda de buques cisternas, helicópteros y el uso de mangueras.
La investigación se hace bajo las normas del Código para la Investigación de Siniestros y Sucesos Marítimos, aprobado mediante la promulgación de la Resolución A.849(20) de la Organización Marítima Internacional (OMI), el 27 de noviembre de 1997.
El director de Marina Mercante, Rafael Cigarruista informó ayer que la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) ofrecerá toda la colaboración a las instancias de Isla Mauricio en las investigaciones sobre las causas del derrame del Wakashio, y lamentó que el accidente se presente en un momento de crisis a nivel mundial por la pandemia.
Los datos preliminares indican que el buque, que no transportaba carga, encalló en el lugar desde el 25 de julio, pero fue hasta el pasado jueves que se conoció el derrame cuando se observó una mancha negra de combustible en las cristalinas aguas de las costas de Isla Mauricio.
El Wakashio es un granelero equipado con doble fondo y diseñado para el transporte de carga pesada, construido en 2004 por Universal Shipbuilding Corporation, en Japón.
La embarcación fue incorporada al registro panameño el 29 de marzo del 2007 y cuenta con toda su certificación técnica válida.
Por lo tanto, la nave, tanto en su estructura como en su equipamiento, cumple con los Convenios Internacionales establecidos por la OMI, detalló la AMP.
El Wakashio tenía 20 tripulantes de diferentes nacionalidades que ya fueron evacuados. En cuanto a las responsabilidades civiles, añade la AMP, estas se mantienen vigentes.