Panamá pertenece a la lista de países productores de cacao fino y aromático desde 2015, sin embargo, no ha sabido sacarle un mayor provecho a la calidad de este fruto apetecido en los mercados internacionales.
El 85% de la producción local de cacao es orgánica, pero la actividad panameña se quedó rezagada frente a la de sus vecinos centroamericanos.
Los rendimientos por hectárea son bajos, las plantaciones superan los 30 años, el material genético ya no es tan resistente al ataque de plagas y los productores trabajan de forma individual.
En el país se cultivan 5,784 hectáreas de cacao, 2,397 hectáreas más que las registradas durante el ciclo agrícola 2017-2018, pero los rendimientos cada vez son menores. Cada año, en Panamá se producen 500 toneladas métricas de cacao, cuando lo óptimo, según la siembra, debería ser un mínimo de 4,000 toneladas métricas.
Calixto Him, de la dirección de Agronegocios del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, manifestó que es momento de una reingeniería de los procesos productivos y de comercialización del cacao panameño.
Desde la oficina de Agronegocios se trabaja un plan para aumentar la oferta exportable del cacao fino y aromático de Panamá. El objetivo es mejorar los rendimientos por hectárea y la calidad de vida de los productores, detalló Him durante el simposio Estado Actual de la Producción y Ciencia del Cacao en Panamá, organizado por la Secretaría Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (Senacyt).
En las metas, estrategias y acciones se ha tomado en consideración el capital de trabajo, la asistencia técnica, denominación de origen, seguro agropecuario y el uso de mejor material genético.
Panamá produce las variedades de cacao criollo o fino, forastero y trinitario, este último es un híbrido entre las semillas del criollo y forastero.
También fomentan el desembolso de préstamos para la producción de cacao. Según el funcionario, el Banco de Desarrollo Agropecuario (BDA) tiene recursos disponibles para el financiamiento de las actividades del cacao, pero se desconoce por qué los productores no solicitan capital de trabajo a la banca estatal.
Entre 2015 y 2018 el BDA solo aprobó cuatro préstamos por un monto total de 45 mil dólares. Mientras que en 2019 no otorgó ningún crédito para este cultivo, indicó Him.
Gerardo Escudero, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Panamá, concuerda en que el cultivo de cacao en Panamá requiere de una revolución, donde se aporte valor agregado, se desarrollen mejores prácticas agrícolas y se fomente la bioeconomía.
“Urge la puesta en marcha de un programa de fomento y desarrollo del cacao. Primero hay que establecer una visión país donde se fortalezca el uso de mejores variedades”, destacó Escudero durante el simposio en el que expuso sobre las bases para un programa de fomento y desarrollo del cacao fino y aromático en Panamá.
“No es posible estar fomentando el CN51, que es un cacao corriente con alta productividad, pero para consumo masivo en Rusia y otros mercados de destino que lo utilizan para darle las calorías requeridas a la fuerza laboral”, dijo.
Panamá debe apostar por aumentar el cultivo de los cacaos finos y aromáticos. También fomentar el trabajo en equipo entre productores e impulsar las alianzas público-privadas.
Escudero, enfatiza que la asociatividad se debe enfocar en las cuatro C: calidad, calendario de abastecimiento, certificación, y costos unitarios de producción a la baja.
El otro punto fundamental del diamante del cacao es la estandarización, principalmente del fermentado y secado del cacao, añadió Escudero.
El IICA ha realizado estudios en la región en los que se concluye que se requiere repoblar el parque de cacao, desarrollar acciones simples que reducirían a la mínima expresión el gran fantasma de la monilia. Para erradicar esa enfermedad solo se requiere de un buen manejo agronómico (poda de árboles, manejo de la sombra y aplicar nutrientes al suelo).
Desde el IICA se propone una alianza público-privada en la que se establezca un fondo de financiamiento para el desarrollo de 6,000 hectáreas de cacao en un corto plazo y la transformación agroindustrial de esta materia prima.
“El cacao es un producto campeón, con buenas tasas de retorno de la inversión. Se puede apostar e invertir al cacao fino y aromático”, enfatizó Escudero.