Los consejos de administración de CaixaBank y Bankia aprobaron ayer su fusión, lo que supone la creación del mayor banco en volumen de activos en España.
“El acuerdo fue aprobado” y los detalles de la operación serán divulgados hoy dijo una fuente cercana al caso.
La operación fue objeto de meticulosas negociaciones en las que ha participado el Estado español, primer accionista de Bankia con una participación del 61.8%.
La fusión, que en la práctica significará la absorción de Bankia por parte de CaixaBank, transformará el paisaje bancario español al dar nacimiento a un auténtico mastodonte, muy por delante del Santander o el BBVA, que sin embargo tienen más peso a nivel internacional.
Sus activos rondarían los (784,000 millones de dólares), según la gestora de fondos Renta 4 Banco.
A falta de conocer los detalles, los accionistas del banco catalán CaixaBank pasarán en principio a poseer un 75% de la nueva entidad, frente a un 25% para Bankia, según la prensa económica.
El Estado, en tanto que principal accionista de Bankia, se quedaría con una participación del 14% en el nuevo grupo.
En 2012, el Estado debió salvar a Bankia de la quiebra con una inyección de más de 26,000 millones de dólares, en plena crisis económica desatada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y las subprimes (2008-2013).
La esperada fusión se produce en un contexto económico difícil para España, uno de los países europeos más golpeados por la pandemia de la Covid-19, cuyo PIB se hundió un 18.5% en el segundo trimestre.
La nueva entidad conservaría el nombre de CaixaBank, según la prensa, lo que le permitiría deshacerse del nombre de Bankia, asociado por los españoles a varios escándalos.
Entre ellos, la catastrófica salida a Bolsa en 2011, que atrajo a miles de pequeños accionistas arruinados meses más tarde por el hundimiento del valor de la acción, cuando el banco, al borde de la quiebra, se disponía a ser rescatado por el gobierno.
La justicia dictará próximamente sentencia en este caso.
