La Caja de Ahorros ha trazado una nueva hoja de ruta con el objetivo de elevar la utilidad anual del banco hasta $100 millones en un periodo de cinco años, lo que supondría más que duplicar el registro récord de 2018, cuando el banco cerró con un beneficio neto de $46 millones.
En ese ejercicio los resultados se vieron favorecidos por operaciones no recurrentes.
Para 2019, las utilidades operativas serían de $32 millones, según las estimaciones del banco. De ese total, $30 millones se utilizarán para fortalecer las reservas.
Con $4,282 millones en activos al cierre de octubre de 2019, según cifras de la Superintendencia de Bancos de Panamá, y más de 2,100 colaboradores, el gerente general de la Caja de Ahorros, Andrés Farrugia, considera que la entidad debe estar compitiendo para alcanzar en un periodo de cinco años una utilidad operativa de $100 millones al año.
Para conseguirlo, el ejecutivo, que asumió la gerencia del banco en julio del año pasado con la llegada de Laurentino Cortizo al poder, busca ser más eficiente en sus operaciones, implementar tecnología para acelerar los periodos de desembolso de préstamos, ser más agresivo en la captación de depósitos y empezar a servir nichos de mercado de mayor poder adquisitivo.
Farrugia dijo a este diario que para este 2020 la entidad hará desembolsos de préstamos por $450 millones, de los que $300 millones serán para préstamos hipotecarios, $100 millones en préstamos personales, $25 millones para préstamos de autos y la misma cantidad en tarjetas de crédito.
La estatal Caja de Ahorros es uno de los bancos que ofrece tasas más bajas en sus préstamos, pero, según su gerente, pierde competitividad por la tardanza en hacer los desembolsos.
Aunque las autorizaciones se efectúan con cierta rapidez, los desembolsos pueden llegar a demorarse seis meses.
La aspiración del nuevo gerente de la entidad es que ese plazo se reduzca a un mes. “Tenemos que hacerlo por el respeto que se merecen los clientes, por el estímulo a la economía... Los promotores necesitan poder cobrar a tiempo. Hoy en día tenemos de rehenes a los promotores. Los clientes califican pero están sujetos a una burrocracia que es inaceptable”.
La administración de la Caja de Ahorros también pretende introducir cambios en la estructura de fondeo del banco.
Farrugia añadió que actualmente hay una elevada dependencia de los fondos que la Caja de Seguro Social deposita en la entidad.
“Creemos que es necesario y saludable tener una composición que no tenga esa dependencia. Hemos revisado nuestras tasas de interés para poder ofrecer una rentabilidad competitiva”, dijo.
Además, el banco está elevando el número de líneas de crédito y corresponsales bancarios internacionales. “Al llegar nos encontramos con una línea de corresponsalía y una línea interbancaria y aspiramos a tener 8 relaciones con $800 millones en líneas”. De ese total, unos $400 millones ya estarían formalizados y la otra mitad se concretaría en un periodo de tres o cuatro meses.
Sobre el desempeño de la economía, Farrugia dijo que la estimación para 2019 es de un crecimiento de 3.5% y que la expectativa para 2020 es de 3.8%, un ritmo “bueno” si se compara con el resto de la región. “Lo que pasa es que perdimos la perspectiva porque venimos de tiempos de bonanza ficticia. Ahora entendemos que no podíamos seguir al ritmo de crecimiento porque estábamos pagando un precio muy alto por el endeudamiento público”, apuntó.