Carlos Manuel Arango Fábrega



Un hombre virtuoso y extraordinario, quien indudablemente dejó huellas. Fue un buen hijo de Dios, hombre de misa y comunión diaria, comprometido conservir a su Iglesia y, como presidente de Radio María, facilitó el que llegara, a tantos corazones, un mensaje de fe, amor, esperanza y caridad.

Esposo fiel, padre y pilar de su familia para quienes fue un consentidor, confidente, asesor y ejemplo.

Hermano y tío protector e incondicional; amigo de amigos, siempre pendiente de cada uno y con quienes disfrutaba reuniones de amistad, política criolla e internacional, economía y seguros, entre otros.

Ciudadano intachable e incansable, con trayectoria en lo que hoy es Coronado es Vida, desde los inicios de su desarrollo.

El mundo del seguro de vida, en Internacional de Seguros, Panamerican Life Insurance Company, Aseguradora Mundial, Metropolitana de Seguros y posteriormente en ASSA,

El mayor gremio de empresarios, Apede, en el que durante su presidencia le tocó enfrentar con firmeza y valentía a la dictadura militar, arriesgando su vida.

El Club Rotario de Panamá, una organización filantrópica donde prestó servicio humanitario, fomentando la aplicación de elevadas normas de ética en el trabajo.

En el consejo editorial de la Corporación La Prensa, periódico donde además escribía regularmente artículos de opinión y, por último, pero no menos importante, deportista y fan de los Yankees de Nueva York.

Lo anterior es solo una pincelada de la trayectoria de Carlitos quien, siguiendo el ejemplo de su Maestro, pasó haciendo el bien.

Ese 18 de mayo comenzó y terminó su día con Gaby, su esposa, teniendo como centro al Señor, participó de la misa de 100 años de aniversario del natalicio de San Juan Pablo ll, rezó el Rosario de la Misericordia y, concluidas sus oraciones, se fue a dormir acompañado de la Virgen, quien le concedió lo que siempre le pidió a ella, a Jesús y a San José: morir en paz, sin darse cuenta y antes que su Gaby.

Por Gabriela Navarro de De La Guardia

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