Chile enfrenta un largo año de negociaciones por delante a medida que avanza para sustituir una constitución redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet. Sin embargo, los inversionistas tienen que estar seguros de que su orientación favorable al mercado seguirá siendo la misma, dijo el ministro de Economía, Lucas Palacios.
Los chilenos votarán en abril si y de qué manera se reescribiría la Constitución, la cual muchos en la derecha consideran fundamental en el logro de más de tres décadas de rápido crecimiento económico. Palacios dijo que la nueva versión preservaría los elementos que ayudaron a hacer de Chile el ejemplo modelo de estabilidad de la región, incluido un respeto total por la propiedad privada.
“El principal problema que tiene nuestra constitución es su origen: La dictadura de Pinochet”, dijo Palacios en una entrevista en Washington. Pero “hay algunas cosas que no están en riesgo”.
Los inversionistas van a requerir más garantías. Después de que el Congreso aprobara ayer el cronograma y las normas para la redacción de la nueva carta magna, el senador opositor Guido Girardi describió el proceso como el principio del fin de la constitución de Pinochet.
“Se va a terminar una sociedad en donde la propiedad privada está por sobre cualquier otro valor”, dijo Girardi.

