China planea reforzar el control de las ventas de acciones en el extranjero de las empresas nacionales y prohibir aquellas cuya cotización pueda representar una amenaza para la seguridad nacional.
Todas las empresas chinas que deseen realizar ofertas públicas iniciales y ventas adicionales de acciones en el extranjero tendrán que registrarse en la Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con las propuestas, las empresas cuya cotización en el extranjero pueda representar una amenaza para la seguridad nacional tendrán prohibida la venta de acciones, y las empresas cuyas actividades planteen problemas de ciberseguridad se someterán a revisiones de seguridad.
“La mejora de la supervisión de las empresas que cotizan en el extranjero se produce en el contexto de la apertura de los mercados de capitales, y la normativa pretende facilitar un desarrollo más saludable, sostenible y a largo plazo”, dijo la CSRC. “La dirección de la apertura permanece intacta”, aclararon las autoridades bursátiles .
Los cambios serían la última medida del Gobierno del presidente Xi Jinping para reprimir las salidas a bolsa en el extranjero, tras la OPI en Nueva York del gigante del transporte privado Didi Global Inc. que se llevó a cabo a pesar de las preocupaciones regulatorias.
Desde entonces, las autoridades han actuado para detener la avalancha de empresas que buscan salir a bolsa en Estados Unidos, cerrando una vía que ha generado miles de millones de dólares para las empresas tecnológicas y sus patrocinadores de Wall Street.
La salida a bolsa de Didi en EU se produjo justo cuando Xi buscaba formas de controlar las enormes cantidades de datos que poseen los gigantes tecnológicos chinos, en parte para garantizar que el Partido Comunista en el poder extienda la riqueza más allá de un pequeño círculo de multimillonarios, una campaña destinada a crear “prosperidad común”.