El gobierno chino suspendió los viajes organizados dentro de China y al extranjero para intentar contener la epidemia provocada por el virus que ya ha matado a 41 personas en el país y afecta a otras regiones del mundo, anunció ayer la televisión pública.
A partir de mañana, las agencias de viaje no podrán vender reservas de hotel o viajes a grupos, explicó CCTV. Varios casos de contaminación en Asia, Europa y Estados Unidos se deben a personas procedentes de China, donde la epidemia comenzó en diciembre.
También, las autoridades de Pekín prohibirán la entrada y salida de autobuses hacia y desde la capital, anunció la prensa oficial, mientras las autoridades chinas tratan de contener la propagación del coronavirus.
Según el Diario del Pueblo, “todos los transportes de pasajeros por carretera” que cruzan Pekín fueron suspendidos ayer, alegando “requisitos de la prevención y control de la epidemia”.
Pekín se suma así a las medidas de aislamiento, control y prevención que han tomado otras ciudades del gigante asiático para tratar de contener la propagación del virus.
En China, la epidemia ha confinado a más de 56 millones de personas. Oficialmente, hay 41 personas que han muerto y otras 1,300 están contagiadas.
La mayor parte de las víctimas se registraron en la provincia de Hubei (centro), cuya capital es Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes donde se detectó por primera vez el virus. Toda la provincia de Hubei está ahora cortada del mundo.
El presidente chino Xi Jinping aseguró que China intensificó las medidas de aislamiento y de control para evitar la propagación de la epidemia del coronavirus, que ha provocado una “situación grave”.
“Mientras tengamos una confianza firme, trabajemos juntos -prevención científica y tratamientos- con políticas precisas, seremos, con seguridad, capaces de ganar la batalla”, dijo Xi.
El gobierno desplegó el ejército y decidió construir un segundo hospital de emergencia para atender a los infectados por este virus.
Todas las víctimas mortales, salvo dos, fueron registradas en Wuhan o en la provincia de Hubei, grande como Siria.