El control del lavado de capitales es clave para atraer y mantener inversiones de calidad en una economía. En la medida que Panamá cumpla los estándares internacionales y salga de la lista gris del Grupo de Acción Financiera (GAFI), el país mejorará su imagen y se presentará como un destino de confianza para las inversiones.
Estas son algunas de las reflexiones planteadas ayer en el marco de la conferencia sobre blanqueo de capitales en el comercio internacional, organizada por Business Alliance for Secure Commerce (BASC).
“La confianza es el elemento fundamental del comercio internacional. No puede existir un comprador si no confía en su vendedor. Credibilidad y confianza son dos aspectos fundamentales para mantener la disposición del país no solo de atraer inversiones, sino de hacer que esas inversiones permanezcan en el país y gocen de una plataforma jurídica estable”, dijo Giomar González, directora de BASC Panamá.
Para transmitir ese mensaje de confianza y credibilidad, es fundamental fortalecer la institucionalidad, y ese es, precisamente, uno de los objetivos de las reformas legales que Panamá está implementando desde 2015 para actualizar el marco legal en materia de prevención del blanqueo de capitales.
A pesar de los esfuerzos, la falta de efectividad en la aplicación de las leyes llevó al país a la lista gris del GAFI el año pasado.
“Tenemos que fortalecer la institucionalidad para atraer inversiones y para no ser objeto de listas internacionales que puedan afectar nuestra imagen. Queremos tener un hub logístico que sirve al mercado global, pero eso implica responsabilidades”, manifestó González.
BASC es una alianza empresarial internacional, con origen en Estados Unidos, que promueve el comercio seguro, en cooperación con gobiernos y organismos internacionales.
BASC alcanzó una alianza con la firma Dow Jones con el objetivo de fortalecer las operaciones de comercio internacional del sector privado y dotar al país de una herramienta que permita identificar los riesgos relacionados con la utilización de capitales dedicados al lavado de activos.
En virtud de este acuerdo, las entidades que forman parte de BASC, que en Panamá son los principales puertos, empresas de logística, distribuidores y farmacéuticas, entre otros, podrán acceder a la información que ofrece Dow Jones sobre, por ejemplo, listas de entidades y personas sancionadas internacionalmente.
José Antonio Ferrís, director para América Latina de Dow Jones, dijo que el comercio es uno de los eslabones más débiles para el blanqueo de capitales por la dificultad para detectar la actividad ilícita.
En una conferencia dictada ayer, mostró que solo en el puerto chino de Shanghái se manejan 80 contenedores por minuto, un ejemplo de lo complicado que puede ser supervisar e inspeccionar todas las mercancías que se transportan en el mundo.
Para reforzar los controles, Ferrís plantea que las empresas deben seguir acciones de debida diligencia y analizar todos los detalles dentro de una operación comercial.
“Las compañías tienen que ser más críticas a la hora de analizar qué mercancía transportan, a qué precio, quién la compra, quién la vende, dónde se ha producido, dónde va a ser consumida y qué bancos la financian. Hay que analizar los diferentes eslabones de la cadena para ver si tienen sentido o no”, dijo.
Al ser el comercio una actividad global, la lucha contra el blanqueo de capitales requiere una acción coordinada por los distintos países.
Aunque existe una mayor cohesión internacional, Ferrís recuerda que todavía hay brechas por las que se cuela la actividad ilícita.
“Por eso, los países tratan de homologar los criterios para evitar los vacíos y que se lave dinero. Cuando uno lava dinero es porque tiene un origen ilícito. En la medida en que esos fondos ilícitos no puedan regularizarse, el crimen es más difícil y tiene menos incentivos”, concluyó Ferrís.