Etsy o Handmade at Amazon han reconocido la fuerza y el ímpetu de los productos artesanales. Hay un mercado de consumidores sedientos por artículos auténticos, hambrientos por una expresión de creatividad en medio de la producción masiva de camisas, zapatillas o muebles.
Ahora más que nunca los productos sostenibles son cotizados. Ocupan un lugar privilegiado en el hogar, mientras los creadores intentan formar parte de “comunidades” comerciales para ofertar sus productos.
Una forma viable es unirse a redes sociales para darse a conocer o crear un portal, como ha hecho Carolina Arango a través de Trasto, un mercado online de productos 100% artesanales que es, además, el sueño en el que lleva trabajando más de cinco años.
A través de Trasto, Arango apoya el talento local y le da valor y dignidad a los artesanos de Panamá y la región.
SOSTENIBILIDAD
Quizás la tecnología haya llevado a las generaciones actuales a buscar más salidas ecológicas, verdes, proambientales o sostenibles para mejorar nuestro porvenir, pero el consenso general es que estamos tarde en esa lucha, comentó Arango.
A través de marcas como Trasto y almacenes que apoyan el consumo local, “tratamos de ser más autosostenibles y los productos reflejan ese movimiento”, dijo.
El emprendimiento de Arango permite llevar artículos locales a los consumidores a un precio razonable. Al vender a través de una página web, incurre en menos gastos operativos, como el alquiler de un local o una factura abultada de energía por el uso ininterrumpido del acondicionador de aire.
NO EN CHINA
Cuando Arango era pequeña se cuestionaba del futuro que le esperaba a un utensilio cuando se descartaba; lo mismo se preguntaba del árbol que había sido talado para producir los utensilios, ¿dónde terminaban?, ¿qué impacto tenían para el medio ambiente?
A medida que fue creciendo, estas preguntas resonaban en su interior e iban evolucionando: ¿cómo fue sembrada el árbol?, ¿habrá sido un monocultivo?
En la universidad, le recalcaron la importancia de saber de dónde salen los materiales y hacia dónde van.
“El modelo de negocio actual gira en torno al consumo, y la única manera de mantenerte vivo es vendiendo más, pero ¿a qué costo para el planeta?”, precisó.
Con este dilema y con la idea de montar un negocio en el que se vendieran productos a precios justos y con una trazabilidad definida, Arango viajó a China, buscando el cénit de la producción. Sin embargo, encontró pequeños talleres rupestres que no tenían nada que ver con la tecnología que se publicita en el exterior.
El viaje cambió por completo los planes de negocios. China marcó un antes y un después.
FÓRMULA
Tardó dos años visualizando el concepto hasta dar con los artesanos que fabricarían las piezas que ella diseña y ahora vende a través de Trasto.
A diferencia de otros países, en Panamá no hay un directorio web, así que en más de una ocasión tuvo que tocar las puertas de las casas preguntando por el artesano que buscaba hasta llegar a un acuerdo. Además de una paga justa, en ocasiones les asigna la mitad de la producción o por adelantado.
“En varios pueblos de Colombia hago tallar madera, vidrio y algunas fibras tejidas; en Chiriquí utilizo las piedras volcánicas; en Chitré, la arcilla; en Darién, una emberá me cose los canastos con el material que consigo; y en Chepo me hacen las bateas”, menciona Arango.
Ella siente la responsabilidad, siendo la diseñadora, de saber de dónde vienen los materiales y hacia dónde van. Por eso no trabaja con plástico. Teme dejar una huella de contaminación por miles de años.
Trabaja con vidrio reciclado, piedras, madera, fibras naturales y arcilla.
“Uno de mis diseños es el de los maceteros guerreros en piedras volcánicas que son exclusivos de Trasto”, comenta.
COLECCIÓN
El domingo 21 de mayo estará en el Mercado Urbano de la Ciudad del Saber desde las 10:00 a.m. hasta las 5:00 p.m.
La colección que estará presentando contiene alrededor de 30 utensilios de cocina, incluyendo platos resistentes al calor de la estufa, el horno o la barbacoa; tablas de picar, cucharas, morteros, vasos de vidrio reciclado, organizadores de cajones, bandejas, bateas y cestas.
Arango le ha puesto la mira al metal, como materia prima para sus creaciones, pero necesita maquinaria con la que aún no cuenta.
En su próxima presentación tendrá talleres de cerámica y charlas sobre la historia de la marca y el cuidado que debe darle a cada material, con la participación del chef Kamel abi Hassan, que hará una demostración de cómo se puede cocinar con sus utensilios.
En su colección de utensilios se pueden encontrar piezas que van desde los $4.00 hasta los $30.00. Las piezas se pueden comprar desde su página web a través de tarjeta de crédito o PayPal. Por ahora, ella es quien se encarga de entregar los pedidos, los martes o jueves, a la dirección que se indique.
“Al empoderar al artesano, traemos desarrollo, apoyamos el talento local, y es una forma de tener control de nuestros recursos, de lo que se fabrica aquí, de conocer qué recursos tenemos y con qué contamos”, indica Arango.