Aunque la Ley Orgánica de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) se elaboró previendo que en cada periodo gubernamental se nombrarían hasta tres directivos, al presidente Laurentino Cortizo le corresponderá designar a cinco de los nueve directores, es decir, a la mayoría.
La ACP es dirigida por un administrador y un subadministrador, bajo la supervisión de una junta directiva integrada por 11 miembros. De los 11 directivos, nueve son designados por el presidente y su Gabinete, otro es nombrado por la Asamblea Nacional, y el ministro para Asuntos del Canal que ocupa el cargo de presidente de la junta directiva por el periodo de gobierno.
El administrador es el funcionario ejecutivo de mayor jerarquía, representante legal de la entidad y responsable por la ejecución de las políticas y decisiones de la directiva.
Los integrantes de la directiva de la ACP no tienen salario pero cobran una dieta por cada reunión que equivale a un día de trabajo del administrador.
El nombramiento del administrador es por un período de siete años, luego de los cuales podrá ser reelegido por un período adicional. Ricaurte Vásquez asumió en septiembre de 2019, tras concluir el primer periodo de Jorge Luis Quijano.
A los pocos meses de iniciar su gestión, en julio de 2019, Cortizo nombro a dos directores de la ACP que le correspondía designar al expresidente Juan Carlos Varela pero que no fueron ratificados en su momento por Asamblea, quedando pendiente estas vacantes.
Varela designó las tres posiciones pero sólo fue ratificado por los diputados Jorge González, quien ejercía como ministro de la Presidencia. Los otros dos nombrados fueron la entonces vicepresidenta y canciller, Isabel De Saint Malo, además del entonces embajador de Panamá en Estados Unidos, Emanuel González Revilla.
Ambos no pasaron de la comisión de credenciales de la Asamblea y quedaron pendientes para la siguiente gestión gubernamental. En esas dos vacantes Cortizo nombró a Nicolás González Revilla y a Enrique Sánchez, quienes tomaron posesión en octubre de 2019.
Esta situación obligó a que los dos directores que ya se les había vencido el periodo se mantuvieran en su puesto hasta por seis meses adicionales.
Incluso la ratificación de González se dio en medio de fuertes cruces de palabras y acusaciones entre diputados del gobernante Partido Revolucionario Democrático y Cambio Democrático. En febrero se vencen los periodos de nueve años de Lourdes Castillo, Henri Mizrachi y Alberto Vallarino. Con la designación de sus reemplazos serían cinco los directores nombrados por Cortizo.
Retos futuros
El programa hídrico de la ACP, que busca garantizar suficiente agua para el consumo humano y las operaciones de la vía acuática es uno de los principales retos que enfrenta la administración y directiva de ACP.
A pesar de que el administrador Vázquez tiene este tema como el primero en su agenda, la licitación tuvo que ser reformulada con lo cual se extiende el período de construcción.
La ACP tuvo que reformular la licitación a solicitud de las empresas interesadas en el proceso de precalificación para el diseño, construcción y puesta en marcha de un sistema optimizado de administración de agua.
Tras suspender la licitación, la ACP firmó un acuerdo con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos para los servicios de consultoría y asesoría técnica del Programa de Proyectos Hídricos. Esta organización, que ya tiene experiencia trabajando con el Canal, debe tener a más tardar en 2024 un diseño conceptual de algunas de las primeras soluciones para aumentar el volumen de agua. Luego de ello, la ACP debe convocar a una licitación para la construcción de la obra. Aunque se proponen hasta 12 alternativas, se podría empezar con un proyecto mientras se diseñan el resto, según la ACP. Afortunadamente el año pasado hubo suficiente precipitaciones en la cuenca del Canal, situación que permitió garantizar el máximo calado de 50 pies a los buques neopanamax. Sin embargo, este año se prevé un posible fenómeno del Niño para los meses de marzo y abril, situación que pone presión a la administración para atender el consumo de agua tanto de la población como de la vía interoceánica.
Es determinante porque sino se ofrece respuesta a los clientes y usuarios, éstos se irían en busca de otra alternativa para transportar las mercancías y productos.
El Canal de Panamá sirve aproximadamente al 6% del comercio mundial.
