La provincia de Chiriquí registra el mayor número de casos de la Covid-19 en el interior del país, con 3,091 personas contagiadas, hasta el pasado viernes. La crisis sanitaria amenaza la cosecha de uno de los principales productos de consumo y exportación de Panamá. De esta región agrícola procede el 75% de la producción anual de café. La cosecha de este año estaría en riesgo, si no se garantizan los controles de bioseguridad en las fincas productoras.
La cosecha de café se inicia en un mes y medio en las zonas bajas de las tierras altas chiricanas, específicamente en el distrito de Renacimiento.
En el periodo de cosecha, las fincas cafetaleras, dependiendo de la cantidad de hectáreas, pasan de tener de 8 a 10 trabajadores a más de 50 jornaleros, los cuales llegan a las fincas a finales de agosto. Es una migración de hombres, mujeres y niños, que en su mayoría procede de la comarca Ngäbe-Buglé.
En los tiempos de cosecha, al distrito de Tierra Altas, que comprende los corregimientos de Volcán, Cerro Punta, Cuesta de Piedra, Nueva California y Paso Ancho, llegan aproximadamente 10,000 recolectores de café cada año; mientras que en Boquete, donde la cosecha empieza a mediados de noviembre y se extiende hasta finales de febrero, se esperan unas 5,000 personas.
Los recolectores que vienen de las zonas comarcales viven en campamentos de madera dentro de las fincas de café. Viven en habitaciones que incumplen con el distanciamiento requerido para evitar el contagio del nuevo virus respiratorio.
En una habitación con capacidad para dos personas viven entre 8 y 10 miembros de una familia. Los campamentos, en su gran mayoría, carecen de agua potable y cocina, como tampoco tienen un espacio adecuado para el aseo personal.
“La Covid-19 es una enfermedad que no distingue y en las zonas productivas están en riesgo todos los actores de la cadena agroalimentaria”, advierte Gerardo Escudero, director del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Panamá.
“Esto nos obliga a reforzar las medidas preventivas dentro de las fincas, de lo contrario se pondría en riesgo el abastecimiento de alimentos en el país”, menciona Escudero.
Para el representante del IICA, esta crisis es un hecho inédito que acelera y evidencia las carencias del sector. Por ejemplo, la escasez de mano de obra y los riesgos y vulnerabilidad de la actividad ante la constante movilidad de los jornaleros de una región a otra.
En este sentido, recomienda establecer cercos productivos para poder controlar la movilidad de personas en las zonas agrícolas, destinar la mayor cantidad de recursos a la prevención de la enfermedad y elaborar un plan de contingencia para responder de forma oportuna ante algún caso sospechoso o de contagio en las fincas.
Plinio Ruíz, presidente de la Asociación de Cafés Especiales de Panamá (SCAP, por sus siglas en inglés), manifestó que la industria cafetalera local gestiona una serie de medidas y protocolos para evitar la propagación del nuevo virus respiratorio en las fincas y garantizar una cosecha exitosa. Por ejemplo,han solicitado al Ministerio de Salud (Minsa) que ayude a certificar que los trabajadores que vienen de la comarca cumplan con un periodo de cuarentena de 14 días y estén libres de la Covid-19.
“Este año, solo se contratará a hombres y mujeres en un rango de edad entre los 18 y 59 años. Y estamos solicitando que los niños queden bajo la custodia de algún familiar en su lugar de residencia”, detalló Ruíz.
Otra aspiración de los dueños de las fincas cafeteras es poder acceder a créditos para la construcción de viviendas de interés social agrícolas. De obtener este financiamiento, la idea es construir módulos para habitaciones, cocina y comedor; lavandería, y área de aseo personal. Para las habitaciones, se prevé construir módulos con seis cuartos cada uno. De ese modo, se podrá aislar a los trabajadores si se registra algún contagio, explicó el presidente de la SCAP.
“La Covid-19 cambió la rutina de trabajo en las fincas y los campamentos se deben adecuar a esta nueva realidad”, reconoció el productor.
También gestionan con el Gobierno habilitar albergues temporales para que los trabajadores contagiados del nuevo virus respiratorio reciban el tratamiento médico necesario y que se puedan aislar del resto de los recolectores de café.
Igualmente, se recomendó a los dueños de las fincas confeccionar un carné para identificar a los trabajadores y llevar una trazabilidad en caso de contagio.
En el documento deberá estar el nombre de la finca en la que labora, ubicación, número de campamento donde vive, edad y contacto de la persona responsable en la zona agrícola.
Viajes de negocios
Rachel Peterson, de Hacienda La Esmeralda, asegura que la pandemia “llegó en el tiempo de mayor visita” de compradores extranjeros a las fincas cafeteras en tierras altas chiricanas.
Entre enero y mayo se registra la mayor cantidad de visitas de negocios, encuentros que este año quedaron suspendidos por la pandemia, dijo Peterson.
Todos los años llegan compradores de Taiwán, China, Corea del Sur, Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Bulgaria y Australia, entre otros, en busca del café panameño, un grano que se distingue por las propiedades organolépticas inigualables (aroma, sabor, cuerpo y acidez), que solo son posibles de lograr en el suelo, la altura y el microclima de las tierras altas chiricanas.
El mayor número de visitantes de negocios se registraba en mayo, cuando la SCAP realizaba la cata internacional “The Best of Panama”, en la que más de 110 compradores aprovechaban para conocer las fincas, recuerda otro caficultor de la provincia.
Pero este año, la Covid-19 también cambió la forma de hacer negocios. Las exportaciones de café vía aérea bajaron su ritmo por el cierre de vuelos comerciales y, en el caso de la Hacienda La Esmeralda, por primera vez realizaron la subasta anual de café de forma virtual, tras 12 años de hacerla presencial.
En la subasta se vendieron 18 quintales de café geisha por 500 mil dólares, que serán enviados vía aérea a compradores en China, Corea, Japón, Taiwán, Australia, Singapur, Berlín, Arabia Saudita, Inglaterra y Canadá.
Fueron 36 lotes de 50 libras cada uno de café geisha. El lote de café geisha Mario San José “proceso lavado” alcanzó los 181 dólares la libra, el precio más alto de la subasta. Todos los lotes superaron los 125 dólares por libra.
De las tierras altas de la provincia de Chiriquí sale la línea de los café arábigos, un grano que se caracteriza por un mejor sabor. Dentro de este tipo se destacan: el typica, bourbon, caturra, catuai, mundonovo, pacamara y geisha.
Estos granos tienen sabores a frutas y especias. Pasan por un delicado y exquisito proceso de cosecha.
Al cierre del año agrícola 2019-2020, en el país se produjeron 200,000 quintales de café. De esa producción, el 18% corresponde a granos especiales o gourmet que se exportan en un 85% a Europa y Asia. Los cafés tradicionales se envían a Estados Unidos.