¿Crean riqueza los desastres?



Opinión. Es increíble pensar que aún hay economistas que creen que un desastre natural, como el terremoto y el tsunami de Sendai, Japón, puede significar algo positivo en materia económica.

Este es el caso de Larry Summers, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos bajo Clinton, ex asesor de Obama y profesor en Harvard, quien llegó a decir en una entrevista luego del terremoto que “ello podría significar incrementos en el PIB en la medida que empiece la reconstrucción. Y que en el período posterior al terremoto de Kobe, Japón ganó cierta fortaleza económica”.

Que quede claro: ningún desastre puede crear riqueza. Solo puede destruir riqueza. Japón es más pobre ahora de lo que era hace tres semanas. Esto se ve en Haití, donde el poco capital que había fue destruido y se tiene que empezar de cero, porque no hay capital al que recurrir.

El hecho de que Japón tenga una enorme cantidad de capital disponible que será utilizado en la reconstrucción, lo que aumentará la “producción” de ese año y por tanto la estadística PIB, no debe esconder que ello implica destinar ahorro para reponer cosas que ya se tenían (líneas de tren, casas, centros de distribución, barcos, etc.).

Es cierto que algunas cosas serán nuevas y mejores, ¿pero, a qué costo? Esos recursos, que se usarán en la reconstrucción, se habrían utilizado en otras actividades. Se hubiera tenido la casa más lo nuevo, y no solo la casa.

A propósito, les recomiendo a los lectores el ensayo del economista francés del siglo XIX Frédéric Bastiat Lo que se ve y lo que no se ve. Luego de leer esto, contrástenlo con lo que señala el inglés John Maynard Keynes en su opus magna, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero: “La construcción de pirámides, los terremotos y hasta las guerras pueden servir para aumentar nuestra riqueza”. Más bien, les recomiendo que ignoren los consejos de Keynes, y sigan el ejemplo de los japoneses, que por ser grandes ahorradores han llegado adonde están. Es por ello que se podrán recuperar de una catástrofe tan grande.

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