Crece la brecha en la recaudación de ingresos

Crece la brecha en la recaudación de  ingresos


Cuando se cumplen seis meses desde que se confirmó en Panamá el primer caso de nuevo coronavirus, las medidas de distanciamiento social y la paralización de la actividad económica siguen causando un impacto en las finanzas públicas.

La Dirección General de Ingresos (DGI) informó de que el gobierno central recibió $3,014 millones en ingresos corrientes en efectivo entre enero y agosto, cifra que representa una caída de $1,575 millones o 34.3% respecto a lo que se había presupuestado para este periodo, y de $1,337 millones o 30.7% respecto a los $4,352 millones que ingresó el fisco en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Hasta el mes de febrero, los ingresos se comportaban a la par de lo que se había presupuestado y superaban en 11.7% el registro del año anterior, pero a partir de marzo la llegada de la pandemia ha ido minando mes a mes la recaudación, haciendo cada vez más grande la brecha entre los ingresos recaudados y lo que se había previsto en el presupuesto.

Para el economista Olmedo Estrada, el desplome de los ingresos es natural porque, a su juicio, prácticamente el 60% de la economía del país está paralizada. “Esto significa que no estamos generando riqueza y al no generar riqueza, ¿con qué vamos a pagar tributos?”, se preguntó.

De igual forma, con la crisis se han suspendido unos 281,000 contratos, de los que 50,000 se han reactivado, mientras que se estima que el desempleo total podría superar al cierre del año las 500,000 personas. Si los trabajadores dejan de percibir ingresos y las empresas de hacer negocio, el efecto inmediato para las arcas del Estado es una menor recaudación del impuesto sobre la renta.

En concreto, el impuesto sobre la renta (incluyendo personas y empresas) generó hasta agosto $1,122 millones, cifra que queda lejos de los $1,520 millones que se esperaban para esa fecha.

Con buena parte de los negocios cerrados y un reducido poder adquisitivo por parte de la población, también ha caído notablemente el nivel de consumo, lo que se refleja en la recaudación del impuesto sobre la transferencia de bienes muebles y servicios (Itbms).

Hasta agosto, el fisco había recaudado por este impuesto cargado a las ventas $391 millones, un 38% menos de lo esperado.

Estrada, que es secretario general del Colegio de Economistas de Panamá, planteó que la situación de los ingresos va empeorando porque la crisis está siendo más prolongada de lo previsto originalmente.

“Mientras más extendamos la apertura de los bloques económicos, que son los que pagan impuestos y contribuyen a la economía, vamos a seguir teniendo ingresos corrientes bajos”, dijo Estrada, para quien luego de la reapertura, las empresas necesitarán un tiempo para recuperarse y poder pagar sus tributos.

En medio de la pandemia, el Gobierno dio facilidades para el pago de ciertos impuestos aplazando algunas fechas de vencimiento.

Además, desde el pasado 1 de septiembre entraron en vigor dos leyes que introducen amnistías fiscales. Una para cuentas morosas al 29 de febrero de 2020 y otra para cuentas generadas entre marzo y julio, ya durante la pandemia.

En el primer caso, los contribuyentes podrán pagar la deuda hasta el 31 de diciembre, con la condonación del 85% de la parte de intereses, recargos y multas.

También se pueden hacer arreglos de pago o utilizar acuerdos de pago realizados antes de la crisis, para diluir la obligación hasta el próximo año.

Además, como forma de incentivar el pago oportuno de impuestos, el Ejecutivo aprobó un descuento de 10% para contribuyentes con una renta bruta inferior a $2.5 millones que paguen sus obligaciones hasta el 1 de diciembre, y para aquellos que lo hayan hecho desde marzo.

Este beneficio solamente aplica para el impuesto sobre la renta (excluyendo el impuesto retenido a asalariados y a no residentes), el aviso de operación, el impuesto complementario y el impuesto de inmuebles.

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