Panamá vive una coyuntura inédita, crecimiento económico y crisis laboral, a la vez.
El reciente informe de la calificadora de Riesgo Fitch Ratings, que mejoró la perspectiva de la deuda panameña, de negativa a estable, indicó que la fuente, tanto del crecimiento económico del 15% en el 2021 como la mejora de la gestión fiscal, es el sector externo. Concretamente, los mayores ingresos y aportes del Canal al fisco, así como las exportaciones de cobre.
Pero advierte de la debilidad de la demanda interna, señalando a dos sectores, construcción y comercio al detal, como particularmente rezagados. Estas dos actividades económicas aportan 27% de los empleos del país.
Durante la catástrofe laboral del 2020 el sector privado perdió 364 mil empleos formales (42% del total) y a otros 284 mil trabajadores (32%) se les suspendieron sus contratos. En otras palabras, en el primer año de la pandemia, 3 de cada 4 empleos formales del sector privado desaparecieron o fueron suspendidos.
México, con 126 millones de habitantes y 55.5 millones de empleos, perdió 647 mil empleos formales en el 2020. Es decir, que Panamá, con 30 veces menos población y 33 veces menos empleos, perdió más de la mitad de los empleos formales que perdió México.
Se recuperaron unos 156 mil de esos empleos perdidos, pero estamos aún lejos de los niveles prepandemia. A octubre de 2021 la tasa de desempleo se ubicó en 11.3%, medición que no contabiliza como parte de la Población Económicamente Activa (PEA) a los 610 mil beneficiarios que recibieron el Vale Digital ese mes, quienes recibieron el beneficio porque no encuentran trabajo. De hacerlo (como ejercicio teórico), estaríamos hablando de un nivel real de desocupación del 32%.
En febrero de 2022, 417,121 panameños recibieron el Vale Digital. ¿Puede la economía generar esa cantidad de nuevos empleos antes de junio 2022, para transferir a estos panameños del asistencialismo a la inclusión productiva? Imposible sin una estrategia y generando 40% menos empleos formales que antes de la pandemia.
En enero 2022, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral ( Mitradel) tramitó 17 mil nuevos contratos laborales, cifra por debajo de los 19 mil mensuales del 2021 y muy inferior a los 32 mil nuevos contratos laborales por mes que procesó la entidad en el 2019. Ese año, se agregaron a la economía 52,040 nuevos empleos, todos informales.
El 77% de los contratos laborales tramitados en el 2021 fueron temporales (Definidos o por Obra Determinada) y el porcentaje de trabajadores del sector privado que labora a tiempo parcial pasó de 17% en el 2019 al 28% en el 2021.
La economía no está generando nuevos empleos. Entre el 2019 y 2021 se perdieron unos 238 mil empleos formales del sector privado, incluyendo a los 30 mil trabajadores cuyos contratos fueron reactivados y luego desvinculados, al tiempo que se agregaron 71 mil funcionarios a la planilla estatal.
Sin inversión privada no habrá generación de empleo formal. El que hoy se generen 40% menos empleos formales que en el 2019 es síntoma de incertidumbre en el clima de inversiones en el país.
La escasa disponibilidad de empleo y la enorme cantidad de trabajadores que perdieron sus trabajos o fueron reintegrados en condiciones distintas a las existentes antes de la pandemia, están ocasionando incertidumbre laboral.
El 61% de los encuestados para la elaboración del Índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCO) de enero 2022 considera poco probable obtener un empleo en los próximos 6 meses, el 28% considera que no tendrá empleo, el 10% no sabe o no está seguro y sólo el 1% considera que tendrá empleo. En marzo de 2020 era 11%.
Urge generar confianza en la inversión y el consumo para reactivar la demanda interna. El mero anuncio del acuerdo de las condiciones para un nuevo contrato entre el Gobierno y Minera Panamá fue, en gran medida, responsable por la mejora de la perspectiva de deuda panameña, de negativa a estable, manteniendo su grado de inversión. Pero este contrato aún debe ser concretado y ratificado.
Por el lado del consumo, se hace imperativo inyectar liquidez al sector productivo y levantar todas las restricciones relacionadas al Covid-19 (“gripalizar” la pandemia), como lo están haciendo otros países, más aún, ante el negativo impacto que tendrán los eventos en Ucrania sobre el poder adquisitivo del panameño humilde.
Panamá no enfrenta una crisis laboral, sino de confianza. Es un fenómeno coyuntural que vamos a superar, pero hay que actuar. Manos a la obra.
El autor es consultor empresarial