Abrir una cuenta en el banco. Esperar dos semanas por la tarjeta. Conseguir dólares, depositarlos en la cuenta y finalmente ir al supermercado a comprar comida con la tarjeta. Cuba dolariza parcialmente su economía para tener divisas y fortalecer su sistema financiero.
“No es una moneda a la que nosotros tenemos acceso con facilidad, pero no lo veo mal”, dice Yordanka Cainé, una ama de casa de unos 40 años que amaneció en la puerta del supermercado de las calles 3ra y 70, en el barrio de Miramar.
Desde el pasado lunes, Cuba eliminó el gravamen de 10% al dólar que mantenía desde 2004 y amplió su uso para la venta de algunos alimentos y productos de aseo en 72 tiendas en todo el país.
Acostumbrados a comprar en efectivo o en las dos monedas que rigen en el país -CUC (equivalente al dólar) y CUP (24 CUP equivalen a 1 dólar)- ahora los ciudadanos deben acostumbrarse a una nueva opción, que no elimina las tradicionales.
Con el nuevo coronavirus bajo control, según las autoridades, Cuba busca captar divisas para enfrentar la crisis generada por la pandemia, que los dejó sin ingresos por turismo, sumado al endurecimiento del bloqueo de Washington, que le dificulta las operaciones comerciales.
“Fui al banco, saqué la tarjeta, esperé 15 días que me la entregaran. Después depositar el dinero en dólares”, cuenta Yordanka. “Vine por champú, pasta de dientes, jabón, que es lo que necesito“, explicó.
Cuba espera aprovechar las divisas captadas para mantener la oferta en un país que importa casi la totalidad de alimentos que consume. No se trata de un “apartheid económico', dijo el ministro de Economía, Alejandro Gil, sino de satisfacer una demanda en un sector con mayor capacidad adquisitiva.
