Los cubanos iniciaron 2021 con un verdadero tsunami en sus finanzas personales afectadas por la unificación de sus monedas, alzas de salarios y precios y la eliminación de subsidios.
Ayer entró en vigor una amplia reforma financiera con fuertes medidas de corrección económica, denominada por el gobierno “Tarea de Ordenamiento”, que incluye seis acciones previstas.
El fuerte incremento en la tarifa eléctrica, que era una de las medidas que más inquietud despertó entre la población, motivó una rectificación a la baja en el aumento de los precios por parte del gobierno.
Desde hace 26 años, Cuba había contado con dos monedas. El peso cubano (cup), utilizado por el Estado para pagar salarios y cobrar los servicios básicos; y el peso convertible (cuc), cuyo valor era igual al dólar y equivalente a 24 cup.
Esta medida, la más importante y sensible, permitirá un equilibrio entre la economía doméstica y el mercado externo, del cual Cuba es sumamente dependiente.
Hasta el 31 de diciembre rigieron en el país dos tasas de cambio principales. Una para las empresas estatales (correspondientes al 85% de la economía), que era de un cup por un dólar y que ha provocado grandes distorsiones en la economía.
La otra tasa, válida para la población en general y que será la que prevalezca, es de un dólar por 24 cup.
La economía cubana ha estado sostenida con numerosos subsidios estatales, tanto para mantener el ineficiente sistema empresarial estatal, como para la vida cotidiana de los trabajadores.
El nuevo ajuste económico también contempla la eliminación paulatina de subvenciones “excesivas” y “gratuidades indebidas”.
Se prevé que sólo queden algunos apoyos como al precio de la leche para niños y de los medicamentos para enfermedades crónicas.
Para equilibrar todo lo anterior, el gobierno tiene previsto un aumento promedio de salarios en 450% y de pensiones en 500%.