resultados del sector bancario

Debilidad de la economía se refleja en demanda de crédito

Debilidad de la economía se refleja en demanda de crédito
Los créditos hipotecarios residenciales conforman la mayor parte de la cartera de crédito del país. Archivo


La demanda de crédito sigue siendo un reflejo de la debilitada situación económica por la que atraviesa el país.

Según el último reporte de la Superintendencia de Bancos de Panamá, en octubre los bancos del sistema desembolsaron préstamos por un total de $1,227.5 millones, cifra que representa una caída de $930 millones o 43.1% si se compara con el mismo mes del año anterior.

En el acumulado de los diez meses, la brecha es aún mayor: entre enero y octubre de este año se han desembolsado $11,718 millones, es decir, un 47.9% menos que en el mismo periodo de 2019, un año en el que, además, el crédito mostraba ya cierta desaceleración.

El comportamiento del crédito tiene una relación directa con el desempeño de la economía, lastrada por la pandemia del nuevo coronavirus.

La nota positiva es que el mes de octubre fue el mejor en lo que va de pandemia, aunque el aumento respecto a septiembre es de apenas $42 millones o 3.5% más.

Los segmentos que más crédito demandaron en octubre fueron comercio ($505 millones), industria ($272 millones) y consumo personal ($147 millones).

La cartera más importante del sistema es la hipotecaria residencial, que se ubicó en $16,268 millones, reflejando un aumento de $43 millones respecto al mes anterior.

La Superintendencia señaló que “se empieza a observar una leve mejora en los préstamos hipotecarios, lo cual puede ser indicio de una reactivación de la construcción, la que ha permitido la entrega de viviendas que permanecían en construcción”.

Por su parte, la cartera de consumo mostró un saldo de $12,338 millones, cifra que representa un ligero aumento de 0.19% con respecto al mes anterior.

En la comparación con el año previo, los indicadores continúan por debajo, pero “es la primera vez en el año que se reflejan incrementos en todos los componentes de la cartera de consumo con respecto al mes anterior”, señala el reporte.

Aimeé Sentmat de Grimaldo, presidenta de la junta directiva de la Asociación Bancaria de Panamá, señaló que luego de unos primeros meses de pandemia “muy malos”, empieza a verse una tendencia al alza en los desembolsos mensuales.

No obstante, reconoció que las cifras están lejos de los registros del año pasado.

A su juicio, la evolución de la crisis sanitaria tiene un efecto directo en la confianza de los empresarios a la hora de invertir. Así, si el control de la pandemia se complica, “hay una desconfianza natural del empresario”.

Por eso, destacó la importancia del cuidado personal responsable. “El tema de salud es prioritario para darle estabilidad a la economía”, dijo. Además, para generar liquidez en la economía también se refirió a la necesidad de que el Gobierno subsane las cuentas atrasadas y dinamice los proyectos de inversión pública.

El financista Daniel Oblitas apuntó que la reactivación no está siendo lo suficientemente fuerte porque aún no están operativos todos los sectores al 100% y el empleo no se recupera. Destacó, además, que los bancos están muy cuidadosos en prestar porque no está claro qué empresas pueden ser viables en el largo plazo aún.

Precisamente para impulsar la aprobación de créditos, desde el sector bancario se pide la creación de un programa de garantías estatales, que permita compartir los riesgos que entraña conceder un crédito a empresas cuya recuperación sea más lenta.

El superintendente de Bancos de Panamá, Amauri Castillo, señaló que hay conversaciones con el Ministerio de Economía y Finanzas en este sentido. A la fecha, no obstante, no se conoce la concreción de ningún plan en este sentido.

Esta iniciativa sería distinta de los fondos de liquidez y estímulo que sí han sido estructurados por el Gobierno y que, por el momento, no han sido utilizados por la industria, en parte porque los niveles de liquidez son elevados, algo que se interpreta como una señal positiva desde el punto de vista de solidez de la industria, y en parte porque aún no hay una demanda elevada de crédito.

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