El nivel de depósitos de las entidades que conforman el centro bancario internacional alcanzó los $95,196 millones, lo que representa un aumento de 8.11% si se compara con el cierre de 2019, informó la Superintendencia de Bancos de Panamá.
Según su origen, los depósitos se clasifican como internos o externos. El crecimiento registrado en 2020 se explica casi en su totalidad por los depósitos internos, ya que aquellos procedentes del extranjero apenas crecieron un 0.14% o $44.6 millones.
Durante la presentación de los resultados de 2020 del sector, el superintendente Amauri Castillo explicó que el aumento de los depósitos locales estuvo influenciado por los fondos obtenidos por el Gobierno, así como por los depósitos de particulares.
Entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, los depósitos oficiales aumentaron 25.10% o $2,614.8 millones, pero si se toma como punto de partida el mes de marzo de 2020, cuando se declaró la pandemia, el incremento hasta diciembre fue de $4,406.2 millones o 51.07%.
Los resultados “muestran en gran medida los saldos de las emisiones y los créditos gestionados por el Gobierno para hacer frente a la crisis de la Covid-19”, señaló el regulador en su informe.
Los depósitos de particulares también tuvieron un comportamiento positivo, pese a que la economía sufrió en 2020 una fuerte contracción producto de las medidas de restricción aplicadas por el Gobierno para controlar la pandemia.
En diciembre de 2019, los depósitos internos de particulares sumaban $42,399.1 millones y al cierre del año pasado la cifra subió a $45,820.6 millones, un 8.07% más.
El regulador explicó en su informe que, tras consultar con los bancos, se identificaron cuatro motivos que explican el comportamiento de los depósitos particulares. En primer lugar, el hecho de que en una coyuntura difícil como la actual, “los hogares aumentan su propensión a ahorrar más en respuesta a posibles eventos futuros inciertos”.
Además, las restricciones de movilidad y el cierre de actividades económicas no esenciales “dieron lugar a un aumento importante de un ahorro forzoso ante la imposibilidad de gastar”.
Los depósitos también se alimentaron de “fondos provenientes de las indemnizaciones por liquidaciones a los trabajadores de la empresa privada”.
Por último, el regulador señala que al haberse dado una moratoria masiva para el pago de compromisos, especialmente al inicio de la pandemia, “una parte importante de los deudores redistribuyeron sus recursos a cuentas de ahorros”.
El financista Daniel Oblitas comentó a este diario que el hecho de que los depósitos suban es positivo desde un punto de vista de fortalecimiento de la liquidez del sistema, pero es negativo para la rentabilidad de los bancos porque tienen que asumir el costo financiero de esos depósitos.
Mientras tanto, los ingresos de los bancos por intereses están cayendo, ante la menor cantidad de préstamos colocados, lastrados por la incertidumbre económica. Esto se traduce en un menor margen financiero para los bancos
Para Oblitas, “una consecuencia de este incremento de depósitos es que hoy muchos bancos están bajando las tasas de sus cuentas a plazo buscando bajar sus costos financieros” y esto puede hacer que “ahorristas más sofisticados busquen alternativas más rentables, aunque tengan mayor riesgo, como pueden ser inversiones en mercados de capitales de renta fija o variable”.