Este noviembre, las compañías de la economía informal obtuvieron una rotunda victoria en la boleta electoral de California. Los votantes acordaron abrumadoramente permitirles mantener a sus trabajadores como contratistas, no como empleados. Ahora, esas compañías quieren exportar ese marco al resto de Estados Unidos.
Ejecutivos de Uber Technolgies Inc., Lyft Inc. y DoorDash Inc. han calificado la decisión de California como un plan para futuras peleas, mientras los estados de todo el país analizan el futuro de los derechos de los trabajadores.
Las compañías incluso han creado un nuevo grupo de defensa nacional para dar forma a las discusiones políticas. Eso significa que los votantes y los legisladores electos podrían ser llamados cada vez más para determinar los derechos laborales de los conductores de Uber y los correos de DoorDash.
Sin embargo, un grupo que no tendrá voz y voto son muchas de las personas que realmente conducen y hacen entregas. Es mucho más probable que los trabajadores de la economía informal sean inmigrantes que el resto de la población. El resultado es que algunos no pueden votar sobre las disputas políticas que decidirán cada vez más su situación laboral.
Según una estimación, hasta un tercio de los conductores que trabajan como contratistas independientes podrían no ser elegibles para votar.
James Parrott, director de política económica y fiscal del Centro para Asuntos de la ciudad de Nueva York, asegura que en muchas ciudades importantes como Nueva York, el alto número de conductores que son inmigrantes y el número de aquellos que no son ciudadanos significa aproximadamente el 30% no podrá emitir su voto, ya sea directamente para la votación o para apoyar a candidatos políticos que reflejen sus puntos de vista.
Tonje Ettevol es una de esos trabajadores. Conductora desde 2014, Ettevol ha trabajado tanto con Uber como con Lyft, y se opuso a la Propuesta 22 de California, que agregó algunos beneficios para los trabajadores informales, pero también consolidó su condición de contratistas independientes.
La población de conductores que son inmigrantes varía ampliamente según el mercado, pero en todo Estados Unidos muchos han optado por conducir como trabajo. En Nueva York, el 90% de los conductores de viajes compartidos son nacidos en el extranjero, según un estudio de 2018 realizado por Parrott y un profesor de la Universidad de California, Berkeley.
En Seattle y el condado de King, descubrieron que la cifra era del 72% en 2020. Y en San Francisco, el 56% de los trabajadores de transporte compartido y de reparto no son originarios de Estados Unidos, según un informe de la Universidad de California, Santa Cruz, a principios de este año.
Los trabajadores de la economía informal tienen más probabilidades que el resto de la población de enfrentar dificultades financieras. En San Francisco, el 30% de los conductores informan que duermen en su automóvil.
La Propuesta 22 de California entrará en vigencia este mes e incluye un salario mínimo, un estipendio de seguro de salud y un reembolso de millas para trabajadores independientes basados en aplicaciones. No se brindan las protecciones que vienen con el empleo regular, como la licencia por enfermedad y los beneficios completos por discapacidad y desempleo.