A pesar de que la carne de pollo ocupa un espacio importante en la mesa del panameño, su producción ha disminuido en los últimos meses, debido al brote de la Covid-19.
Entre enero y mayo de este año, el sacrificio de aves mermó 11% en comparación con el mismo período de 2019.
Esto refleja la ralentización que han tenido muchos productos de primera necesidad, ante un menor circulante en la economía, el cierre de restaurantes y una moderación en el consumo.
El sacrificio pasó de 45.8 millones a 41.3 millones de aves (4.5 millones menos), de acuerdo con Fernando Santos, Coordinador Técnico de Cadenas Agroalimentarias de Carne y Leche Bovina.
Santos atribuye el ajuste en la producción de carne de pollo a una menor venta y al complicado manejo logístico que ha impuesto el confinamiento y la cuarentena.
“La producción de carne de pollo no es como la del novillo o el ganado bovino. Una res, por ejemplo, la puedo tener un mes comiendo y no tengo ningún problema con eso, pero con el pollo, la matanza se inicia desde que comienza a crecer, lo que supone que al bajar la venta, no vale la pena seguir produciendo pollitos porque los insumos son carísimos”, dijo Santos.
Para los comerciantes, el confinamiento y el cierre de negocios siguen impactado sus ventas.
“Parte importante de las compras se genera desde los hogares, pero también desde los hoteles, restaurantes y fondas que tienen más de dos meses con las puertas cerradas”, sostiene el comerciante Jairo Mesa.
La carne de pollo es la proteína animal de mayor demanda y menor costo en el país, si se compara con la carne de res o de cerdo.
El consumo per cápita estimado es de 93 libras, según datos oficiales.
Panamá Oeste, Panamá Este, Veraguas y Coclé son las provincias de mayor producción avícola del país.
No solo la venta de carne de pollo ha estado lenta, “la venta de huevos también”, dijo un trabajador independiente.
“La cuarentena está frenando todo en Panamá Oeste. Están muy estrictos y no tengo como moverme, y eso hace que las ventas se pongan cada día más lentas”, recalcó José Duarte, un comerciante del sector.
Para el Coordinador Técnico de Cadenas Agroalimentarias de Carne y Leche Bovina, otro factor que puede incidir en la comercialización de carne de ave es la facilidad con la que se pueden producir pollos en casa.
“Desde que comenzó la pandemia, muchas personas que están en sus casas han optado por elevar la producción de sus propios pollos. Es más factible producir un par de gallinas que producir una res o un puerco”, dijo Santos.
Señaló que sobre todo en las provincias, se ha incrementado la venta de gallinas y pollos de patio al detal, a través de entregas a domicilio.
El pollo entero es uno de los 14 productos que se mantienen en la lista de control de precios.
El valor máximo de venta de la libra al por menor es de $1.18, mientras que su precio máximo por kilogramo es de $2.60.
Respecto al mercado de carne de res, este “no se ha visto afectado en comparación con el de aves”, agregó Santos.
“Se sigue consumiendo carne casi al mismo nivel del año pasado. Pese a que los precios no están muy buenos, todo lo que se lleva al mercado se vende”, dijo.
Además, el rendimiento cárnico es más alto versus la cantidad de animales que hay que sacrificar. “Cuando usted mata una res, de esa res se alimentan varias personas, y movilizar una sola res es mucho más factible que movilizar 40 y 50 pollos”.
La producción tradicional de aves enfrenta hoy a una nueva competencia y una reducción de sus habituales clientes.