La dulce decisión de ser su propio jefe

La dulce decisión de ser su propio jefe


Las necesidades motivan emprendimientos, en especial los que esperan resultados rápidos y no tienen la presión taladrante de generar ingresos para el pago de altos costos fijos y conseguir utilidades.

Algunos ni siquiera tienen un plan de negocios. Son emprendimientos que nacen para resolver un problema puntual, aunque muchas veces sorprenden al mercado y a sus propios creadores.

El eje central de esta historia es Victoria, de 10 años, y su madre Silka Rentería; en una asociación anónima y sigilosa con la nueva forma de aprender.

La meta de recoger fondos para una actividad escolar de la niña hizo que Silka se empeñara en volverse una experta repostera a través de tutoriales en Youtube.

Hace 20 años hubiese sido cuestión imposible, pero el acceso a información actual y cada segundo de nuestras vidas, surtió efectos inmediatos.

Las galletas de Silka fueron éxito rotundo e hicieron crecer la cuenta del “reinado”. Lo más cómico, ahora reflexiona, es que lo que sería una actividad de temporada escolar se convirtió en un proyecto de vida.

Ya despierta su pasión por la repostería y puesta a prueba la delicada decoración con pastillaje, ahora festejaba el dulce sabor que da el dinero bien ganado y el hecho de ser su propio jefe.

La clave, cuenta Silka, es hacer todos los productos con el sabor de “una receta casera”; como si los comensales fueran su familia, los vecinos de ahora o los amigos de antaño.

También ha jugado un papel fundamental la participación de su familia. Junto a su esposo planifica como reloj suizo las compras de los insumos, las entregas de los pedidos y su participación en bazares. Su hija es la compañera perfecta de promoción en las ferias de artesanos o repostería. Y su motor interno es lo que la empuja a una constante evolución.

Silka reconoce que los tutoriales se convirtieron casi en una adicción, que con pruebas, ensayo y error, ayudaron a mejorar su técnica y habilidad de lograr acabados de mayor dificultad.

 

Como muchos otros emprendimientos, las redes sociales son una herramienta imprescindible para estar en contacto con los clientes y atraer a los potenciales compradores.

Primero cosechó frutos sumando clientes que llegaban por recomendación. Le funcionó de forma efectiva el “ voz a voz” para influir en las decisiones de compra de sus productos, para luego recibir llamadas y pedidos de personas que únicamente veían sus creaciones a través del Instagram. Galletitas Vico ya era un proyecto, con nombre y apellido.

“La mayor cantidad de pedidos para esta temporada son los dulces de frutas y los de zanahoria”, comenta una Silka orgullosa y a la vez humilde, por lo que ha logrado en los últimos cuatro años.

Su casa se convirtió en un gran taller para amasar harina, esculpir personajes y decorar galletas. Pero en todo el proceso sentía que necesitaba más. Ya había alcanzado sobrevivir a la organización, una de las cosas más difíciles para los emprendedores. Quería lograr revestimientos perfectos con fondant y preservar el sabor de lo hecho en casa.

Era el turno de conseguir un mentor y al mismo tiempo conocer a otras reposteras que empiezan a dar sus primeros pasos para saber con mayor precisión lo que busca el mercado. Fue así como empezó con la búsqueda de cursos presenciales y encontró, en la que fue su guía y profesora, su futura socia, Rocío Albán.

“Ella me decía que aprendía rápido y que sabía lo que hacía. Que si alguna vez buscaba una socia, esa sería yo. He tenido la bendición de encontrarme con una persona que comparte lo que sabe y trabaja en equipo. Me reta con proyectos nuevos y eso me ha hecho crecer”.

Juntas han participado en ferias para novias, hacen llamativas tortas a celebridades de la televisión e intentan llevar el proyecto a un nuevo escalón. Uno más alto, que por obvias razones implica mayor responsabilidad.

“Estamos buscando un local para ofrecer nuestros productos y tener dulces disponibles para los clientes que lleguen”, revela Silka sobre sus próximos pasos.

La clave, advierte, será seguir innovando con repostería creativa, sin olvidar lo que hasta ahora le ha abierto las puertas: la sazón de una madre; el sabor de dulces hechos con amor.

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